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La semana pasada publicamos un artículo sobre la verdadera internacionalización de las empresas, en cuanto a que éstas han de dotarse de un orden interno esencial a los efectos de poder afrontar con éxito ciertos conflictos futuros.

Reducir las ocasiones de conflicto:

Pero principalmente, el objetivo que se ha de alcanzar con dicho orden interno, a todos los niveles, es el de reducir las ocasiones de conflicto, o que, por lo menos, estos se puedan resolver sin llegar al litigio. Para ello hacen falta documentos claros, posiciones trasparentes y condiciones claramente preestablecidas: todo aquello que no ha quedado por escrito puede ser objeto de una interpretación distinta por cada parte, de acuerdo con sus respectivos intereses.

Hace algunas semanas se publicó el VII Informe de Marketing de Lawyerpress en el que quedó patente la necesidad de que las empresas de doten de un servicio jurídico preventivo, para evitar muchos litigios y demandas.

La resolución de conflictos a través de procedimientos judiciales no es satisfactoria, es lenta por el colapso de los Tribunales y el resultado a menudo amarga por igual, tanto al que pierde, puesto que pierde, como el que gana, porque gana tarde.

Soluciones preventivas a posibles problemas legales:

La abogacía preventiva aportará una anticipación de posibles problemas y conflictos, por lo que se podrán afrontar correcciones a esas situaciones latentes, aportando soluciones a posibles problemas legales que puedan surgir, para reducir los peligros existentes y evitar que los vacíos o las malas interpretaciones o malas prácticas se conviertan en conflictos.

Ello precisa de una concienciación de los empresarios, que han de ver que, aunque “no se note” de forma patente e inmediata, esa labor aportará una mayor satisfacción en el normal funcionamiento de la empresa.

Reducción de la ocasión de crear conflictos:

Así pues, la semana pasada hacíamos hincapié en la necesidad de adaptar nuestros comportamientos documentales a las nuevas modalidades de conflicto, pero ello redundará, si se extiende a todos los aspectos de las relaciones externas de la empresa, en una reducción de la ocasión de crear conflictos y malentendidos que pudieran redundar en indeseados litigios.

Los litigios siempre existirán, pero, si se pueden corregir anticipadamente los elementos que los crean, los podremos reducir; o, al menos, podremos abordarlos con una mayor preparación.

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Juan Núñez
Abogado