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Como era de esperar ya se ha producido un caso de fraude utilizando la nueva moneda virtual: los bitcoins. La revista Forbes publica que este primer caso tuvo lugar entre septiembre de 2011 y septiembre de 2012. Como observamos a continuación, el caso sigue puntualmente el conocido esquema de Ponzi.

Promesa de altas rentabilidades

La característica clave del esquema Ponzi es la promesa de altos beneficios a corto plazo. En el caso de los bitcoins el autor del fraude, un ciudadano de Texas llamado Trendon Shavers captó la atención de varios inversionistas a los que prometió intereses de hasta un 7% semanal, calificando las inversiones como libres de riesgo.

Método de inversión no documentado

Otra característica del esquema Ponzi es la opacidad del método de inversión empleado. En este caso Shavers comenzó solicitando a los inversores que colocasen sus bitcoins en un supuesto fondo de inversión digital denominado “Bitcoin Savings and Trust”, afirmando que estaba involucrado en actividades de arbitraje del protocolo bitcoin y que actuaba como intermediario para terceros que deseaban comprar grandes cantidades de bitcoins manteniendo el anonimato y sin que se supiera que estaban realizando tales inversiones.

Imagen de solvencia

En las primeras fases del esquema Ponzi siempre se cumplen las promesas en plazo, esto hace que el promedio de inversores crezca. En el caso Shavers el montante mínimo de inversión solicitado era de 100 bitcoins (entre 600 y 700 dólares) y se permitía a los inversionistas reinvertir sus beneficios. Shavers afirmaba que él, mediante este procedimiento obtenía aproximadamente una rentabilidad de un 11% semanal.

En total Shavers recaudó más de 700.000 bitcoins (lo que llegó a suponer en algún momento casi el 7% de todos los bitcoins en circulación. Mediante los pagos de supuestos intereses Shavers devolvió aproximadamente 500.000 bitcoins a los inversores, y transfirió el resto (aproximadamente 150.000 bitcoins con un valor aproximado en ese momento de 1.000.000 de dólares) a sus cuentas personales.

La empresa que invierte en bitcoins no está controlada por un ente regulador y no existe una auditoría de confianza

Las inversiones reales suelen están controladas por entes reguladores como la SEC en Estados Unidos o la CNMV en España. En el caso Shavers las autoridades de la SEC, consideraron que “Bitcoin Savings and Trust” era tan sólo una elaborada estafa que Shavers utilizó para obtener millones de dólares en bitcoins. No existen información sobre quién auditaba “Bitcoin Savings and Trust” ni siquiera si estaba auditada. La falta de formalidad del promotor se observa en el hecho de que en los foros en los que captaba inversores Trendon Shavers firmaba como “Pirateat40”.

Finalmente el sistema colapsa

En todos los casos de esquema Ponzi el sistema está condenado al fracaso debido a que las propias características del esquema hacen que sea insostenible. Cuando sucede, los promotores suelen exponer excusas más o menos absurdas. En este caso el plan comenzó a derrumbarse cuando Shavers anunció que los beneficios se reducirían al 3,9% a partir del 1 de agosto de 2012 y comenzó a realizar pagos preferentes a sus amigos y a los inversores más antiguos con los fondos restantes. A finales del mes de agosto de 2012 Shavers suspendió los pagos alegando que:

“Bitcoin Savings and Trust ha comunicado la suspensión del pago de beneficios a sus inversores. La decisión se basa en el tamaño general y el tiempo total necesario para gestionar las transacciones. Como el fondo creció, hubo cada vez más movimientos de bitcoins que tensionaron mis cuentas de reserva y en última instancia causaron retrasos en retiros y la imposibilidad de financiar los pedidos dentro de mi sistema. El día 14 hice un último intento para aliviar la tensión sobre el sistema mediante la reducción de las tarifas ofrecidas para los depósitos. En un mundo perfecto esto me permitiría mantener más bitcoins en reserva fuera del sistema, pero en cambio, sólo aumentó exponencialmente la cantidad de retiradas de fondos causando pánico en masa en muchos de mis inversores.

Según la SEC, al menos 48 de los aproximadamente 100 inversores perdieron parte o la totalidad de la inversión realizada con Shavers. Para evitar sorpresas desagradables es necesario que los inversores presten atención a una serie de señales o banderas rojas y extremar al máximo las precauciones en aquellos productos que no están sometidos a supervisión por alguna autoridad económica o que no están sometidos a una regulación específica. La ley de Murphy establece que: “si algo puede salir mal, saldrá mal”. Parafraseando a Murphy podemos afirmar que: “si en alguna actividad puede haber fraude, habrá fraude”.

José Manuel Martínez
Senior Manager de Forensic en Grant Thornton