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A nadie le resulta agradable ponerse a pensar en el día en que ya no esté. Sin embargo, tratar de anticiparse a esa situación es lo mejor que usted puede hacer por sus seres queridos. Especialmente si tiene un patrimonio importante.

Cómo planificar su herencia y facilitar la vida de sus herederos.

Muchos de nuestros clientes han comprado una vivienda, un terreno o han fundado una empresa con la ilusión de que la hereden sus descendientes y les preocupa que las obligaciones fiscales puedan dejarles con las manos vacías.

Si tiene alguna propiedad, le recomendamos que haga testamento como mínimo. Pero usted puede ir más allá y gestionar su patrimonio de manera que sus herederos paguen lo menos posible en impuestos, dentro de un escrupuloso respeto de la legalidad.

La mejor herencia es aquella que se planifica

Ninguna persona se levanta un día con ganas de planificar fiscalmente su herencia.

Sin embargo, hacerlo puede suponer la diferencia entre facilitar la vida de sus seres queridos llegado el momento o, por el contrario, que la herencia se convierta en una pesada carga para ellos.

Con una adecuada planificación usted puede reducir de manera significativa y perfectamente legal los impuestos a los que tendrán que hacer frente sus herederos y evitar que aceptar la herencia se convierta en un negocio ruinoso para ellos.

Veamos tres posibles estrategias para disminuir las obligaciones tributarias que supone heredar:

Donar en vida

Hacer una donación no es otra cosa que hacer un regalo. Usted le da gratuitamente una cosa que le pertenece a otra persona.

Cuando los juristas hablamos de donar en vida, nos referimos a una donación que tiene sus efectos durante la vida de la persona que hace el regalo.

Si yo le compro una moto a mi hija cuando cumple 18 años, eso es una donación en vida.

Volviendo al tema que nos ocupa, es interesante destacar que en la mayor parte de las Comunidades Autónomas la donación está especialmente bonificada, sobre todo cuando es en metálico.

¿Qué significa que una donación está bonificada? Pues que se pagan menos impuestos por ella.

Lógicamente la estrategia más interesante suele ser:

a) Donar en vida aquellos bienes que estén bonificados en nuestra Comunidad de residencia

b) Dejar para la herencia los bienes que estén exentos del impuesto de sucesiones como por ejemplo las empresas familiares, algunos seguros de vida o la vivienda habitual.

Los bienes exentos son aquellos que cuando los heredamos no tenemos que pagar el impuesto de sucesiones por ellos. Suele ser el caso de las empresas familiares, algunos seguros de vida o la vivienda habitual.

Hay que tener una especial precaución en el caso de los bienes inmuebles, ya que tendremos que hacer frente a la plusvalía municipal, que es un tributo que cobran los Ayuntamientos y que grava el incremento del valor de los terrenos desde que se adquirieron hasta que cambia de nombre por el fallecimiento del propietario/a.

En los últimos años se ha visto que algunos ayuntamientos han hecho pagar plusvalías demasiado gravosas. Si este es su caso, considere reclamar esa plusvalía abusiva al Ayuntamiento que corresponda.

Testar a favor de muchos herederos

abogados para hacer herencias

Cuando una persona fallece, los bienes, derechos y obligaciones de esa persona pasan a sus sucesores. Técnicamente decimos que se transmiten.

Es esa transmisión, esa suma de bienes y servicios al patrimonio de los herederos, lo que está sujeto al impuesto de sucesiones.

Se trata de un impuesto progresivo: cuanto mayor es la cantidad que recibimos, mayor será la cantidad que tendremos que pagar en concepto de impuesto de sucesiones.

Por eso puede ser aconsejable dividir la herencia entre todos los herederos legales, minimizando así el impacto fiscal en cada uno de ellos.

A la hora de aplicar este tipo de estrategias resulta imprescindible estudiar el impacto de los grados de parentesco, ya que la cantidad a pagar por el impuesto de sucesiones varía según el grado de consanguinidad.

Además, se puede jugar también con el tercio de mejora, incluyendo en el mismo a los nietos por ejemplo.

El tercio de mejora es aquella parte de la herencia, un tercio, que la persona que hace testamento puede elegir cómo la reparte entre sus hijos o descendientes.

La vivienda habitual

La vivienda habitual es sin duda alguna el ejemplo más claro de un bien que conviene transmitir a través de la herencia y no empeñarse en donarlo en vida.

El motivo es que este tipo de bienes tienen una reducción de la cuota a pagar que oscila entre el 95 y el 99% dependiendo una vez más del lugar de residencia, con un importe máximo a desgravar.

Es decir, que del total de lo que tendríamos que pagar en impuestos por heredar una casa, Hacienda nos perdona entre el 95 y el 99%.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que cuando heredamos una vivienda no la podremos vender en los 10 años siguientes, aunque sí podremos alquilarla.

Dependiendo de los casos, en la práctica ese período de 10 años se puede reducir a 5.

En resumen: Una buena gestión de nuestro patrimonio teniendo en cuenta las prescripciones del Impuesto de donaciones y sucesiones, puede ahorrarles mucho dinero a nuestros herederos.

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Fuente: Vilches Abogados

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