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Como ya anunciamos en nuestro post sobre el régimen de Propiedad Intelectual aplicable tras el Brexit, el pasado 25 de noviembre de 2018, el gobierno británico y la Unión Europea (UE) alcanzaron un acuerdo sobre la salida del Reino Unido de la UE. No obstante, teniendo en cuenta la incertidumbre que rodea la votación del acuerdo en el Parlamento británico el próximo 15 de enero, la perspectiva de un escenario de no acuerdo debe plantearse como una posibilidad real y, de hecho, cada vez más cercana.

Naturalmente, la no ratificación del acuerdo por parte del Parlamento británico tendría un impacto relevante en materia de protección de datos a partir del 29 de marzo de 2019, día en que se materializará el Brexit. Por un lado, las transferencias de datos realizadas desde la UE al Reino Unido serían consideradas como transferencias realizadas a un tercer Estado, para las que el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) prevé un régimen mucho más restrictivo.

A la vista de esta situación, el Reino Unido debería solicitar una decisión de adecuación a la Comisión Europea para que ésta le confiera el estatus de tercer Estado con un nivel de adecuación suficiente, en el sentido de alcanzar un nivel de protección de datos equiparable al previsto en el RGPD. No obstante, mientras la Comisión analiza la solicitud, todas las transferencias de datos desde la UE hasta el Reino Unido deberán estar reguladas por las denominadas Cláusulas Contractuales Tipo, aprobadas por la Comisión, cuyo objeto es ofrecer un nivel de protección adecuado en las transferencias internacionales.

Por otro lado, en lo que se refiere a las transferencias de datos desde el Reino Unido, el gobierno británico ha manifestado que considerará la normativa de los Estados de la UE como adecuada a su régimen interno de protección de datos. No obstante, hasta la fecha no se ha aprobado ningún acuerdo entre el Reino Unido y los Estados Unidos que sustituya el EU-US Privacy Shield tras el 29 de marzo de 2019, por lo que las empresas cuyos servidores estén ubicados en el Reino Unido deberán adoptar mecanismos de adecuación para realizar transferencias a Estados Unidos.

Por tanto, debemos permanecer muy atentos a la votación de la próxima semana en el Parlamento británico y que, en caso de no ratificar el acuerdo de “Brexit” firmado con la UE, exigirá replantearse las transferencias de datos en las que participe el Reino Unido.

Albert Agustinoy y Sergi Gálvez