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El pasado 10 de octubre, Tim Cahill, jugador del Melbourne City australiano, marcaba el gol de la victoria para su selección nacional ante Siria, en el partido de vuelta de la repesca asiática para el Mundial de Rusia de 2018. Sus gestos de celebración, sin embargo, han sido lo más comentado por la prensa a nivel internacional.

Cahill, una de las estrellas indiscutibles de su selección, celebró su segundo gol del partido, en primer lugar, simulando el vuelo de un avión y, posteriormente, formando una letra “T” con las manos.

Con posterioridad, la compañía Tripadeal (patrocinadora también del Melbourne City) publicaba en su cuenta de Twitter un mensaje (posteriormente eliminado) en el que felicitaba al jugador e identificaba los gestos con su marca.

Las Reglas del Juego 2017/2018 publicadas por la FIFA contienen restricciones en lo que se refiere a acciones publicitarias por parte de los futbolistas, pero únicamente en relación con su atuendo. Así, la Regla 04 establece que:

“El equipamiento no deberá contener eslóganes, mensajes o imágenes de carácter político, religioso o personal. Los jugadores no deberán mostrar ropa interior con eslóganes, mensajes o imágenes de carácter político, religioso, personal o publicitario que no sea el logotipo del fabricante. En caso de infracción, el jugador o el equipo serán sancionados por el organizador de la competición, la federación nacional de fútbol o la FIFA.”

Con base en esta norma, en 2012, el jugador danés Nicklas Bendtner fue sancionado al pago de £80.000 y a no poder disputar un partido internacional por revelar ropa interior que incluía el nombre de uno de sus patrocinadores, la empresa de libros Paddy Power, tras marcar un gol en la Eurocopa.

La conducta de Cahill no resulta expresamente prohibida por la Regla 04 con su redacción actual. No obstante, la prensa internacional se cuestiona si el precedente podría motivar a otros jugadores participantes en el Mundial y si la FIFA debería tomar medidas expresas para evitar la “comercialización” de este tipo de celebraciones. Por el momento, la FIFA no se ha pronunciado específicamente sobre la polémica.

A la espera de su reacción, con toda seguridad más de un patrocinador estará dándole vueltas a la posibilidad de explotar estos momentos de gloria deportiva que disfrutan de tanta exposición mediática.

Teresa Méndez