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Sin duda, la experiencia de una pandemia como la del coronavirus ha trastocado nuestra sociedad en todos sus niveles poniéndonos a prueba a todos, generando tantas crisis como oportunidades; pese a que esté resultando difícil ver la luz al final del túnel, no debemos de perder de vista las oportunidades que también nos brinda esta inesperada situación.

La “nueva normalidad” que estamos viviendo actualmente ha puesto de manifiesto la imperiosa necesidad de tener claramente identificados los riesgos de Compliance a los que se puede ver expuesta una organización y la adecuada gestión de estos, incluso para supuestos tan poco previsibles como una pandemia, ante lo cual resulta de gran importancia contemplar planes de contingencia específicos.

Cultura ética

Las empresas han de comprender la necesidad de arraigar internamente una buena cultura de Compliance y un compromiso con la ética, que impregne su actuación, consiguiendo así que las buenas prácticas sean la norma dentro de las mismas y en sus relaciones con terceros; en caso de que ello sea aún una tarea pendiente, es un buen momento para revisar a nivel interno la implantación de estos extremos en dicha organización.

Cualquier nuevo movimiento empresarial, una venta, una absorción, fusión o escisión, y cualquier transformación empresarial, se verán enturbiados por la falta de un buen orden documental, procedimental, fiscal y ético, con los correspondientes protocolos que los respalden, pues no hay que olvidar que el artículo 130.2 del Código Penal establece que la responsabilidad penal se transmite y no se extingue, como ocurre con la muerte de las personas físicas.

Exigencias del mercado

Es importante tener ‘la casa en orden’ y, cada vez más, un buen Compliance incorporado, si queremos vender a ciertos clientes que, cada vez en mayor número, incorporan reglas éticas que impiden comprar a empresas que no tengan incorporados dichos instrumentos de control interno y trazabilidad, que garanticen un buen hacer normativo y ético.

Es un hecho indiscutible que, si se quiere estar homologado en empresas de cierto tamaño, hay que implantar estos procedimientos, por lo que, si una empresa aspira a más amplios y elevados horizontes, se va a encontrar un día u otro con este inconveniente.

Preverlo con tiempo facilitará ese momento y el acceso a mejores interlocutores será mucho más fácil. No deberíamos dejarlo ‘para luego’. Estamos comprobando con esta pandemia lo difícil que nos resulta prever, nuestra tendencia al ‘no va a pasar nada’; y las consecuencias de ello las estamos viviendo estos días. Procuremos, en nuestros negocios, adelantarnos un paso a los acontecimientos.

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Melanie Díaz –Abogado