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Dispones de un establecimiento que funciona bien y has pensado en crecer ofreciéndole a alguien interesado adquirir una franquicia tuya?

La franquicia es una fórmula idónea para expandir un negocio tanto a nivel nacional como internacional. Pero es necesario que tu negocio tenga experiencia y éxito y además facilites previamente al franquiciado por escrito información suficiente sobre el mismo. El franquiciado por su parte asume la inversión inicial para adecuar el local y debe abonar un canon periódico. Todo esto tiene que venir recogido detalladamente en un contrato de franquicia y para ello conviene que te asesores convenientemente. ¡Nosotros te ayudamos!

PREPARACIÓN DE NUESTRO MODELO DE FRANQUICIA

Hay una serie de pasos previos que deberemos llevar a cabo si queremos que nuestro modelo de franquicia resulte atractiva al franquiciado y tenga más probabilidades de éxito. Vamos a enunciar los más importantes a tener en cuenta:

Conceptualizar el modelo para tener claro que vamos a vender a nuestros futuros franquiciados. En esta fase es en la que definiremos tanto objetivos económicos como la forma de trabajar que habrá que seguir en los locales de nuestra marca. El modelo debe ser fácilmente reproducible a través de manuales de formación y operación.

-Crear una imagen de marca fuerte y atractiva. Deberemos crear un manual de la imagen y estilismo que deberán seguir nuestros franquiciados.

-Inscripción en el Registro de Franquiciadores

-Elaborar un modelo financiero donde definiremos la cuota inicial, royalties y objetivos económicos con los que convenceremos a los futuros franquiciados.

CONTRATO DE FRANQUICIA

Una vez que tenemos claro que nuestro negocio está preparado para iniciar su expansión mediante el modelo de franquicia y tenemos a franquiciados dispuestos a iniciar la aventura, llega el momento de redactar el contrato de franquicia.

Este contrato es el instrumento básico y principal para configurar los derechos y obligaciones del franquiciador y del franquiciado, estableciendo el contenido de la relación a todos los efectos.

Para hacernos una idea, la estructura y contenido de un contrato al uso sería la siguiente:

-El encabezamiento, donde encontramos los datos del franquiciador y el franquiciado. Es frecuente que al menos una de las partes sea una sociedad, debiendo prestarse especial atención a todos los datos de la misma.

-Los expositivos. Es la parte del contrato donde se hace constar la titularidad de la marca, el cumplimiento de los requisitos administrativos, la independencia empresarial de las partes, etc.

-Las estipulaciones. Aquí nos encontramos con la parte más extensa e importante del contrato, donde se detallan los compromisos y obligaciones de ambas partes. Para hacernos una idea de la complejidad e importancia del contenido de esta sección del contrato, vamos a enumerar los epígrafes más importantes que la componen:

  • La cesión del uso de las marcas y logotipos, tipografías, etc. y las normas para su uso.
  • Todo lo relativo al manual de operaciones y la formación inicial y continuada.
  • Requisitos que debe cumplir el local comercial
  • Condiciones del suministro y oferta del producto que deberá servir el franquiciado
  • La exclusividad territorial de la franquicia
  • El uso del software y resto de tecnología, así como la prestación de soporte técnico correspondiente
  • Las campañas publicitarias por ambas partes
  • Las condiciones económicas de la relación.
  • Garantías y seguros.
  • La duración del contrato de franquicia.
  • Causas de terminación de la relación

Como vemos, el contrato es la piedra angular que regirá la relación entre franquiciador y franquiciado, por lo que es fundamental realizar un análisis y una correcta redacción del contenido de todas y cada una de las cláusulas. Por ello es de vital importancia contar con el asesoramiento y trabajo de profesionales cualificados y experimentados en la redacción de este tipo de contratos. Todo el trabajo, esfuerzo, ilusión y dinero invertidos en el proyecto de expandir su negocio a través del modelo de franquicia no deben fracasar por culpa de un contrato mal redactado.