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Aunque las criptomonedas ya llevan comercializándose algunos años, desde hace unos meses, hemos presenciado un crecimiento exponencial del mercado de inversión en este tipo de activos digitales; bien a través de la compra de las criptodivisas más conocidas —como Bitcoin, Ether o Ripple— o bien a través de Ofertas Iniciales de Criptomonedas (ICOs, en sus siglas en inglés) de otras criptomonedas emitidas por multitud de empresas.

La falta de regulación que actualmente existe en este mercado es una de sus principales ventajas ya que lo flexibiliza al máximo. Pero al mismo tiempo es uno de sus grandes puntos débiles puesto que no sólo puede provocar que se utilicen las criptomonedas para fines ilícitos, sino que además los inversores pueden verse desprotegidos y potencialmente perder su inversión sin disponer de ningún mecanismo de garantía.

Mientras las autoridades supervisoras alrededor del mundo trabajan para establecer un marco normativo que trate de asegurar un mínimo de protección de los inversores, dichas autoridades están poniendo también todo su esfuerzo en advertir a los inversores de los riesgos que asumen invirtiendo en critomonedas e ICOs. En el website de IOSCO, la organización mundial que engloba a los supervisores en los mercados de valores de la mayor parte de los países del mundo, están publicadas todas las advertencias emitidas en cada país (incluyendo la advertencia de las autoridades de la Unión Europea).

Así, la European Securities and Markets Authority (ESMA) emitió a mediados de noviembre de 2017 una alerta dirigida tanto a los inversores como a las entidades que intermedian en el mercado de criptomonedas.

A los primeros, les advertía de los principales riesgos a los que están expuestos en sus inversiones en criptomonedas: falta de supervisión y vulnerabilidad frente al fraude y actividades ilícitas, riesgo de perder toda su inversión, extrema volatilidad y potencial iliquidez, falta de información adecuada sobre los emisores y sobre las propias criptomonedas y potencial inseguridad tecnológica.

A las entidades que intermedian en el mercado les recordaba que no todas las ICOs caen en un plano no regulado y, por tanto, su actividad de intermediación puede estar sujeta a la normativa del mercado de valores, que exige contar con la correspondiente autorización como empresa de servicios de emisión y con los procedimientos adecuados de prevención de blanqueo de capitales y financiación del terrorismo. Además, la propia emisión de las criptomonedas, dependiendo de su configuración, puede también estar sujeta a la normativa sobre emisión y oferta pública de valores.

Por su parte, la Securities and Exchange Commission de Estados Unidos difundió un comunicado de su presidente, Jay Clayton, emitido también a finales de 2017, con una serie de consideraciones y advertencias sobre la inversión en este tipo de activos. Es especialmente interesante en este comunicado el listado de preguntas que todo potencial inversor en criptomonedas a través de ICOs debe formularse (y tratar de obtener respuesta) antes de materializar su inversión; entre ellas: ¿con quién estoy contratando exactamente?; ¿quién está emitiendo y promoviendo la criptomoneda?; ¿se ha proporcionado una descripción total y completa del producto y del plan de negocio del emisor?; ¿quién promociona o comercializa la criptomoneda?; ¿tienen licencia para venderla?; ¿dónde está ubicada la empresa?; ¿a dónde va mi dinero y para qué se usará?; ¿será usado para pagar a otros?; ¿cómo, cuándo y a qué precio puedo vender mi inversión?; ¿tengo derecho a devolver la criptomoneda a la empresa o recibir un reembolso?; ¿puedo revender la criptomoneda libremente? Si se almacena la criptomoneda en un wallet, ¿qué sucede si pierdo mi clave? ¿Todavía tendré acceso a mi inversión? …

Por último, en nuestro país, la Comisión Nacional del Mercado de Valores y el Banco de España también publicaron a principios de febrero de 2018 su correspondiente advertencia en línea con la de ESMA.

En resumen, mientras se crea un marco regulatorio que garantice un mínimo de protección para los inversores —que no debería por otro lado contrarrestar los beneficios, la flexibilidad y el dinamismo propio de los mercados de criptomonedas —, cualquier persona que invierta en criptomonedas debe ser muy consciente de los riesgos que asume con dicha inversión.

Carlos Martínez de Aragón

Director en PwC Tax & Legal Services

Fuente: Pwc - Periscopio Fiscal y Legal

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