A veces escuchamos aquello de que una determinada empresa hubiese ido mejor si no fuera porque sus gestores son hermanos. Pero también la experiencia muestra incontables ocasiones donde el esfuerzo y la generosidad entre familiares han sido la clave del éxito en sus empresas, a través del sacrificio y la dedicación al trabajo de sus accionistas que, por contra, no siempre es tan fácil de encontrar en las empresas de capital no familiar.
Resulta sencillo entender que la familia justifica un sobreesfuerzo en términos de dedicación o de financiación. Sin embargo, no lo es tanto asumir que las relaciones familiares pueden distorsionar el enfoque ante situaciones más sensibles como pueden ser la incorporación o la separación de un familiar dentro de la empresa.
Estos eventos, comunes en el desarrollo de cualquier negocio, adquieren una complejidad especial cuando afloran sentimientos personales, muchas veces inevitables, y difíciles de separar cuando en un mismo plano convergen trabajo y familia. Para lo bueno y para lo malo, socios. Pero también, para lo bueno y para lo malo, familia.
La responsabilidad de un protocolo familiar es encontrar un equilibrio entre sacar lo mejor de la familia y amortiguar el efecto potenciador que los lazos de sangre tendrán sobre las controversias futuras dentro del negocio.
Es más que un acuerdo entre accionistas, puesto que, entre otras cuestiones, el protocolo se extenderá a materias hereditarias y patrimoniales por cuanto el activo empresarial será en buena parte el familiar.
Por ello, cuanta mejor avenencia y regularidad exista en los negocios, mejores condiciones para abrir el proceso, aunque cada caso será diferente. Un reflejo de buenas prácticas en el seno de la empresa es abrir el debate sobre la idoneidad o no de implementar el protocolo familiar, con el fin de conseguir, de esa forma, promover la reflexión sobre determinadas cuestiones como pueden ser:
En la empresa por el mero hecho de que sus propietarios estén unidos por lazos de sangre no siempre garantiza que se puedan conseguir resultados excepcionales.
Sin embargo, como en todo negocio, se darán mayores opciones de éxito cuando exista transparencia y orden ante las situaciones clave y previsibles en el desarrollo de la empresa familiar a través del protocolo.
Autor: Francisco Picó, abogado, economista y socio de Cuatrecasas, Gonçalves Pereira.