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Clientes con los que se relaciona la empresa

Hay que tener en cuenta que cuando hablamos de responsabilidad penal de la empresa no únicamente nos movemos en el plano de que ésta sea responsable por la comisión de un delito, sino también la posibilidad de ser responsable por beneficio indirecto o ser víctima cuando no se tiene la debida diligencia frente a terceros o un código que indique las pautas generales a la hora de contratar y relacionarnos con éstos. El código ético, y en general una cultura corporativa positiva señala ‘’cómo se hacen las cosas en la entidad’’ y ello hará necesario que los proveedores, clientes, y en general terceros, respeten un conjunto de reglas.

Cada vez son más las empresas que buscan hacer negocio con otras empresas que respeten sus códigos éticos o que tengan valores similares. Por ello, hemos de entender nuestro código ético como aquella carta de presentación que muestra a nuestros posibles partners “quién somos y cómo hacemos las cosas”. La empresa debe sentirse orgullosa de su código ético, y por ende divulgarlo.

Abaratamiento de los costes de los controles

Para el empresario, el mayor varapalo será el inevitable coste que tendrá diseñar e implantar el Compliance penal. Sin embargo, tener un código ético eficaz reducirá la necesidad de tener que implementar un sinfín de controles que inunde a la empresa en burocracia, pues el control más barato será tener un código ético vivo que empleados y directivos cumplan como garantía del principio de confianza.

Imagen corporativa

El cumplimiento de la legalidad y la ética empresarial mejorará la apariencia de la empresa en un entorno global. El empresario no únicamente se estará adaptando a la cultura que viene exigiendo nuestra legislación, sino que estará transcendiendo a la forma de hacer negocios global. Aparte de hablar el mismo lenguaje que otros competidores, el código ético aportará valor y mejorará la reputación de la entidad.

Ser claros, honestos y transparentes dentro de la empresa es sinónimo de confianza, y ésta se ha convertido en un elemento más a tener en cuenta en la toma de decisiones por parte del cliente.

Asimismo, el código ético ayuda a los empleados a identificar lo que su empresa entiende como buenas prácticas para hacer negocios y ello mejora la unidad y coherencia de la autorregulación en la misma.

Garantizar la responsabilidad individual

En una empresa hay diversas personas físicas que pueden responder individualmente por el delito cometido en la empresa. Aparte del sujeto que comete el delito, podrán responder individualmente por omisión de los deberes de vigilancia las personas que formen parte del órgano de administración, del órgano de cumplimiento o el Compliance Officer o incluso órganos asesores.

Es más, la Circular 1/2016 de Fiscalía le da mucha importancia a la responsabilidad penal de las personas físicas, más incluso que a la de la persona jurídica. Por ello, un buen modelo de prevención de delitos, con un código ético claro y pautas de actuación bien definidas, es una ventaja frente a la posible responsabilidad individual de personas físicas.

Anna Núñez Miró

Abogada Coordinadora del Departamento de Corporate Defense de Molins & Silva Defensa Penal

Fuente: Molins & Silva Defensa Penal

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