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En fútbol americano, una de las jugadas más famosas es la que se conoce como "Hail Mary" . Se trata de una solución desesperada para situaciones extremas, en las que se lanza un pase cruzando todo el campo para que, en el improbable caso de que un receptor pueda capturarlo, anote un touchdown épico. Actualmente los Washington Redskins, una de las franquicias más veteranas y reconocidas de la NFL, están viviendo una situación crítica en relación con la marca por la que son popularmente conocidos.

En efecto, tal y como se indicó en anteriores entradas, la oficina estadounidense de patentes y marcas decidió anular las marcas "Redskins" por considerarlas ofensivas contra los nativos americanos. Ante esa decisión, la franquicia inició una batalla legal que puede dar un giro final en breve, cuando el Tribunal Supremo estadounidense resuelva sobre un caso muy parecido.

El pasado 18 de enero, tuvo lugar la audiencia ante la corte suprema del procedimiento sobre la denegación de registro de la marca “Slants” -término despectivo referido a los ciudadanos asiáticos que fue considerado por la Oficina de Patentes y Marcas estadounidense como una marca “inmoral”, “denigrante” y “escandalosa”-, en la que se defendió el derecho de la banda de rock llamada “The Slants” a registrar dicha marca tomando como base la libertad de expresión recogida en la Constitución de los Estados Unidos.

En dicho procedimiento esencialmente se discute si la Oficina de Patentes y Marcas estadounidense puede denegar el registro de determinadas marcas atendiendo a cuestiones que se escapan a los requisitos objetivos de registro, tales como apreciaciones de carácter moral. En este sentido, el abogado del Departamento de Justicia contestó los argumentos esgrimidos por la banda de rock, defendiendo que en ningún caso se estaría violando el principio de libertad de expresión, pues el grupo musical podría seguir utilizando su nombre, aunque sin ser una marca registrada.

No obstante, el caso de la marca “Slants” suscitó un debate encendido en la audiencia y entre los magistrados, puesto que por un lado algunos optaban por la prohibición de registro de aquellas marcas que pudieran ser consideradas denigrantes u ofensivas, sosteniendo que de lo contrario se estaría facilitando el abrir una vía a que se registrasen marcas que contuvieran insultos religiosos o raciales (entre otros) y que podrían distraer al consumidor y perjudicar el comercio; mientras que por otro lado algunos magistrados sostenían que no se puede impedir el registro de dichas marcas pues el titular se vale de ellas para expresar al mercado una opinión o visión particular.

Por el momento no se atisba un resultado claro sobre la decisión del Tribunal Supremo -que se espera para el mes de junio de este año-. Lo que sí es claro es que la decisión del Tribunal tendrá una importante repercusión en el caso de los Washington Redskins, cuyo procedimiento actualmente se encuentra suspendido en fase de apelación a la espera de esta resolución.

Blanca Puig y Albert Agustinoy