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En un juicio penal solo hay una persona a la que la ley permite mentir. El acusado, imputado o investigado. Es el único que puede decir cuantas mentiras le vengan en gana, pero solo lo puede hacer él.

No le pasará nada, no habrá castigo por inventarse una historia para tratar de defenderse.

Ahora bien, si te llaman para testificar a un juzgado, ya sea de instrucción o penal, más te vale que digas la verdad.

Es la primera pregunta que harán, ¿juras o prometes decir la verdad? y, además te advierte que no decir la verdad se castiga como falso testimonio.

Se trata de un delito contra la administración de justicia, pues se dificulta el esclarecimiento de los hechos enjuiciados.

Quién es el testigo en un proceso judicial

Un testigo es cualquier persona que no tiene nada que ver con lo ocurrido pero al que el juez “invita” a participar en el proceso para que aclare lo sucedido.

Su testimonio será tomado (o no) como prueba para condenar o absolver al acusado, de ahí la importancia de que no mienta, pues podría poner con su testifical en la calle a un culpable, o meter en prisión a un inocente.

Ahora bien, para procesarlo por delito testominio, debe probarse que mintió, que lo hice a drede, es decir, con dolo (sabía que estaba mintiendo).

Artículo 458 del Código Penal

1. El testigo que faltare a la verdad en su testimonio en causa judicial, será castigado con las penas de prisión de seis meses a dos años y multa de tres a seis meses. 2. Si el falso testimonio se diera en contra del reo en causa criminal por delito, las penas serán de prisión de uno a tres años y multa de seis a doce meses. Si a consecuencia del testimonio hubiera recaído sentencia condenatoria, se impondrán las penas superiores en grado. 3. Las mismas penas se impondrán si el falso testimonio tuviera lugar ante Tribunales Internacionales que, en virtud de Tratados debidamente ratificados conforme a la Constitución Española, ejerzan competencias derivadas de ella, o se realizara en España al declarar en virtud de comisión rogatoria remitida por un Tribunal extranjero.

Testigo que miente en un juicio penal

En un juicio penal, la pena es de hasta 3 años de cárcel, con un mínimo de un año de prisión y, una multa, además de seis a doce meses.

Las pequeñas mentiras también se castigan con una multa de seis a doce meses, y, si es funcionario una suspensión que va de 6 meses a 3 años.

Testigo que miente en un juicio civil

En un juicio civil, por ejemplo, un divorcio, un juicio por desahucio, una herencia…, la pena será cárcel de 6 meses a 2 años y, además una multa de tres a seis meses.

Hay un matiz para las “mentirijillas”. También se castigan, pero con menos pena, solo una multa de 6 a 12 meses. Si el testigo es un funcionario, un policía por ejemplo o un sanitario, se le podrá suspender de empleo de seis meses a 3 años.

Estas mentirijillas consisten en no alterar la verdad de forma sustancial, callando lo que pueda saber, o diciendo medias verdades.

Fuente: JR Abogados

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