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El  mercado  único  de  servicios  financieros  ha  sido  un  elemento  fundamental  del  sector  de  los  servicios  financieros  del  Reino  Unido  (RU)  y  la  Unión  Europea  (UE)  durante  muchos  años.  La  noticia  de  que  el  RU  abandonará  la UE  afectará,  qué  duda cabe, a los actores financieros en el RU,  así  como a   sus  actividades  transfronterizas y super visión.

El  Tratado  de  Lisboa  incorporó  al  Tratado  de  la  UE  una  cláusula  (Artículo  50)  que  permite  la  salida  de  la  Unión de cualquier Estado Miembro.  De  conformidad con dicha cláusula:

  • El  Estado  que  decida  salir  de  la  UE  deberá  notificar  su  intención  al  Con sejo  Europeo  y  negociar  un  acuerdo en el que se establezca el marco de sus relaciones futuras con la UE; y 
  • La  notificación  formal  de  salida  carece  de  efectos  inmediatos  sobre  los  acuerdos  legales  entre  el  Estado  de  que  se  trate  y  la  UE.  Sus  efectos  se  pro ducirán  una  vez  transcurridos,  como  mínimo,  dos  años,  si  bien  dicho  plazo  es  susceptible  de  prórroga,  de  mutuo  acuerdo  entre  las  partes,  en  caso  de  necesitarse más tiempo para la negociación de las condiciones de la salida.

No obstante, aunque el RU ponga  en marcha el procedimiento señalado, ello no supondrá la modificación  a  corto  plazo  de  la  legislación  y  la  normativa  aplicable  a  los  mercados  financieros  y  las  actividades  transfronterizas de  las empresas de  servicios de  inversión  y  las entidades  de  crédit o británicas.  De  hecho,  hasta  que  no  se  produzca  su  eventual  salida  de  la  UE,  el  RU  tendrá  que  seguir  aplicando  la  legislación  comunitaria, habida cuenta de que seguirá teniendo la condición de Estado Miembro de la UE a todos los  efectos,  y  conservará  todo s  los  derechos  y  obligaciones  inherentes  a  su  condición  de  tal.  Por  otro  lado,  a  pesar   de   que   el   Brexit   tendrá   una   serie   de   repercusiones   políticas   y   económicas   inmediatas   y  fundamentales, muchos de los principales cambios del marco legal y reglamentario s e irán produciendo de  forma paulatina a lo largo del tiempo.

En  este  sentido,  en  el  marco  de  las  negociaciones  entre  la  UE  y  el  RU  será  preciso  abordar  la  legislación  aplicable a todas las áreas afectadas por el derecho comunitario, incluidas, entre muchas otras, cuestiones  financieras  y  regulatorias,  prestándose  especial  atención  a  actividades  transfronterizas,  de  solvencia  y  supervisión.

Asimismo,  aunque  a  día  de  hoy  se  desconoce  el  camino  a  seguir  y  el  resultado  de  las  negociaciones,  una  vez  que  el  RU  h aya  salido  formalmente  de  la  UE,  cabe  la  posibilidad  de  que  exista  el  deseo  de  mantener  una  legislación  que  replique  los  requisitos  impuestos  por  la  UE,  a  efectos  de  facilitar  las  actividades  transfronterizas. A dicho respecto, según expertos británicos, e l Gobierno del RU probablemente también  aspirará  a  intentar  celebrar  acuerdos  de  reconocimiento  mutuo  de  la  legislación  o  las  normas  británicas,  incluido  el  potencial  acuerdo  respecto  de  un  mecanismo  similar  al  pasaporte  del  que  se  benefician  en  la  actuali dad  empresas  de  servicios  financieros,  empresas  de  servicios  de  inversión  y  bancos  de  la  UE.  Por  otro  lado,  cabe  la  posibilidad  de  que,  una  vez  que  el  RU  abandone  formalmente  la  UE,  las  entidades  con  sede en territorio británico dejen de estar sujetas a la supervisión de los reguladores financieros europeos  (a saber, ABE y BCE).