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Estados Unidos constituye uno de los principales mercados deportivos del mundo. Ligas como la NFL, la NBA, la NHL o la MLB son seguidas por millones de seguidores de todo el mundo, marcando las tendencias de explotación de este tipo de eventos a nivel internacional. No obstante, el mercado deportivo estadounidense carece de una de las características básicas del sector en otras regiones: las apuestas sobre eventos deportivos están prohibidas. Esta situación, no obstante, puede cambiar en breve.

En efecto, el pasado lunes, el Tribunal Supremo estadounidense publicó una sentencia que está llamada a cambiar el entorno regulatorio aplicable a esta modalidad de juego en Estados Unidos. Se trata del caso Murphy et Al. v. NCAA, en el que se han enfrentado el gobernador del estado de Nueva Jersey, Phil Murphy, contra la National Collegiate Athletic Association, la asociación que agrupa a las principales entidades y organizaciones deportivas universitarias de Estados Unidos. El objeto de la disputa lo constituye una ley federal denominada Professional and Amateur Sports Protection Act (PASPA), aprobada a principios de la década de los noventa y por la que se pretendía asegurar la integridad en las competiciones deportivas restringiendo de forma significativa la posibilidad de oferta de apuestas sobre dichos eventos. De hecho, de conformidad con esta ley, la oferta de apuestas deportivas en Estados Unidos quedó restringida exclusivamente al estado de Nevada así como a productos limitados de juego basado en competiciones deportivas en otros estados como Delaware.

La PASPA reservaba al legislador federal el derecho de regular la posibilidad de autorizar apuestas deportivas a nivel nacional, impidiendo con ello a los estados poder tratar esta cuestión en sus respectivos territorios. Como consecuencia de ello, esta ley impidió durante casi dos décadas cualquier avance regulatorio tendente a regular la oferta de apuestas deportivas, lo que ha conducido a una situación de inexistencia de una oferta legal y regulada de apuestas en Estados Unidos. A pesar de ello, existen más de quince millones de estadounidenses que apuestan en eventos deportivos de forma recurrente, según las estimaciones que ofrecen expertos y que recoge un reciente artículo del Washington Post.

Tal y como se ha indicado, al abrigo de la PASPA, el legislador federal decidió adoptar una posición totalmente pasiva sobre el asunto, bloqueando cualquier posibilidad de poner en marcha un sistema de regulación de apuestas deportivas a nivel nacional. Esta situación evidentemente frustró a numerosas autoridades estatales, las cuales vieron como la actitud obstructiva a nivel federal les impedía poder establecer regímenes para este tipo de actividades en sus respectivos territorios. El conflicto terminó estallando cuando el estado de Nueva Jersey decidió impulsar iniciativas legislativas para regular las apuestas deportivas en su propio territorio, iniciativas que fueron recurridas judicialmente y terminaron dando lugar al procedimiento que ha decidido el Tribunal Supremo.

En su sentencia, el alto tribunal esencialmente establece que la potestad del legislador federal de no impulsar una regulación de apuestas no debe entenderse como un impedimento para que los estados puedan regular la cuestión -atendiendo a la recurrente falta de actividad reguladora a nivel federal-. De este modo, la decisión permitirá a los estados poner en marcha iniciativas reguladoras de este tipo de actividades, limitándose no obstante el alcance de dichas iniciativas a sus respectivos territorios.

De este modo, Nueva Jersey y Delaware ya han anunciado la inmediata aprobación de sistemas de licencias para la oferta de apuestas deportivas (tanto por vía online como presencial) en sus correspondientes territorios. Es probable que a corto plazo les sigan otros estados como Virginia Occidental, Mississipi, Connecticut, Illinois, Nueva York, Massachussets y Rhode Island y que en los próximos años dicha regulación se extienda a más de treinta estados.

Asimismo, es igualmente probable que esta decisión impulse una revisión de la postura inmovilista a nivel federal, por lo que no debería extrañarnos que en un futuro no muy lejano Estados Unidos, como mercado único, se dote de un régimen de autorización de apuestas deportivas que dé lugar al principal mercado regulado a nivel mundial.

Autor: Albert Agustinoy Guilayn