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El nuevo paso en la evolución de los servicios financieros

Las fintech aportan ventajas para los clientes del sector financiero que han revolucionado el panorama.

Fintech es uno de los términos que están más en boga hoy en día en el mundo de los negocios. Surge de unir las primeras sílabas de las palabras inglesas financial techonology, es decir, tecnología financiera. La palabra hace referencia a todas aquellas compañías que prestan servicios a través del uso de las TIC’s (Tecnologías de la Información y la Comunicación), y en especial, a aquellas que emplean Internet para desarrollar su actividad.

El perfil más común de estas fintech es el de una startup que, a través de la tecnología proporciona algún tipo de ventaja respecto a los canales financieros habituales, en especial si se compara con la banca más tradicional. Estos factores diferenciales pueden ser abaratamiento de costes, mejora de la experiencia de usuario o simplificación de procesos en las gestiones, por citar solo tres ejemplos. El uso de la Red como principal vía de comunicación y operaciones permite a estas compañías cobrar menos comisiones a sus clientes.

Estas ventajas que aportan las fintech han hecho que entren en competencia directa con la manera más tradicional de prestar servicios financieros. A pesar de sus buenas perspectivas de crecimiento, estas start-ups financieras están lejos de alcanzar el liderazgo del sector, debido a que muchos clientes todavía no han vencido las reticencias a operar en banca y seguros con estas empresas tan novedosas.

De todas formas, no hay que pensar en fintech y banca tradicional como dos bandos totalmente enfrentados. En un principio la relación pudo plantearse de esta manera, y aún hay cierta competencia. Pero a medida que se desarrolla la tecnología financiera actores de uno y otro lado ven que hay un campo muy amplio para la colaboración. Como ejemplo de cooperación, BBVA organiza los Open Talk para buscar estos puntos de encuentro entre los actores financieros.

Al igual que otros ámbitos de la economía digital que avanzan muy rápido, estas compañías también tienen que enfrentarse a la desconfianza que generan sus actividades (en especial las que apuestan por un negocio más innovador) porque el marco legal se desarrolla más despacio que algunos de los servicios que ofrecen.

Tipologías diversas

Entrando en detalle sobre cómo son las fintech y los servicios que ofrecen, el Financial Stability Board establece cinco áreas de actuación para estas empresas financieras punteras: los pagos, liquidaciones y compensaciones, préstamos y capital raising, gestión de inversiones, depósitos y, por último, apoyo al mercado (por ejemplo, aquellas que ayudan a organizar y gestionar la contabilidad personal o de una empresa).

Algunas de estas tipologías ya tienen una amplia aceptación entre los clientes. Por ejemplo, en los ámbitos de los pagos y las transferencias están teniendo una rápida implantación gracias a que simplifican el proceso, sin importar si se opera con cuentas de entidades bancarias diferentes. Entre las fintechs más conocidas en este área destacan nombres como Paypal, Twyp o Bizum.

Aquellas que ofrecen servicios de financiación apuestan en muchas ocasiones por las nuevas vías en este ámbito como el crowlending, el crowdfunding o los préstamos peer to peer (P2P). Las fintech que ofrecen estos servicios apuestan por ocupar el hueco que han dejado los bancos quienes tras la crisis financiera han endurecido las condiciones para conceder financiación a algunos perfiles de clientes, en especial a pymes y particulares.

El asesoramiento de inversiones ofrecido por las fintech se ha caracterizado en buena medida por el desarrollo de los robo advisors. Se trata de servicios que aportan información a través de los canales digitales para saber la mejor manera de gestionar el dinero.

En definitiva, las fintech, ya sean como actores independientes o en colaboración con los bancos más tradicionales, están revolucionando la manera de realizar las operaciones financieras. Los principales cambios que aportan son eliminar el factor presencial (se acabó el acudir a una oficina) y hacer más sencillas y cómodas estas operaciones para que ayuden a particulares y empresas.