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Desde siempre hemos tenido muy claro que el permiso de maternidad era el sancta sanctorum de las prestaciones reconocidas a los trabajadores. Está ampliamente interiorizado que las madres se acogen a su derecho de gozar de su permiso de maternidad inmediatamente después de la llegada del pequeño a la familia, ya sea por nacimiento, adopción o acogimiento. Al permiso de maternidad, ahora de 16 semanas, se le pueden sumar además el permiso de y las vacaciones no disfrutadas, todo ello con el objeto de disfrutar más de los pequeños.

Sin embargo, en las últimas décadas -y, sobre todo, en los últimos años- el debate abierto sobre la participación de los padres en los primeros meses y años de vida de los hijos y la participación igualitaria de ambos progenitores ha cogido fuerza. La anterior visión de que la madre se quedaba con el bebé mientras el padre salía a trabajar ha quedado superada y apartada de nuestras mentes. Ahora lo que buscamos es la igualdad real.

Hasta ahora, con la reforma de la Ley para la Igualdad Efectiva entre Hombres y mujeres de 2007, los padres disfrutaban de un permiso de 13 días (a cargo de la Seguridad Social) más dos del permiso por nacimiento (a cargo de las empresas), un total de 15 días. E igual que en el caso de las madres, con las ampliaciones correspondientes (20 días) en caso familia numerosa o hijo con discapacidad a partir del 33% o por parto múltiple, dos días más por hijo a partir del segundo.

No fue hasta el año 2017 que se amplió efectivamente este permiso -tras intentarlo fallidamente en 2015- hasta las 4 semanas y, de forma totalmente novedosa (y sorprende encontrarse con que muchos padres aún no saben exactamente cuál es su derecho), se ha ampliado a 5 semanas en 2018, para los padres de hijos nacidos a partir del 5 de julio de 2018.

Nuestras esperanzas estaban puestas en la aprobación de los Presupuestos Anuales para el año 2019, con los que el Gobierno quería ampliar para este mismo año el permiso de paternidad hasta las 8 semanas, con el compromiso de llegar a las 16 semanas en el año 2021 y equiparar efectivamente las cargas familiares entre ambos progenitores y acercándonos al modelo europeo ideal, a la par que los permisos que se conceden en Noruega, aunque muy por debajo de los 480 días de los que pueden disponer tanto el padre como la madre en Suecia.

Sin embargo, la falta de aprobación de los Presupuestos ha detenido esta reforma más que necesaria, dejando a los padres, por ahora con el permiso de 5 semanas en vigor.

Por otro lado, la Unión Europea sí que ha hecho los deberes y el pasado 24 de enero de 2019 la Presidencia del Consejo y el Parlamento Europeo llegan a un acuerdo provisional por el cual al menos, los padres del territorio europeo deberían disfrutar, como mínimo, de 4 meses de permiso retribuido por paternidad, de los cuales 2 serán intransferibles al otro progenitor, entre otras propuestas de mejora para la conciliación de la vida familiar y laboral a nivel europeo. Es posible que, como en otras muchas ocasiones, la decisión europea impulse al Estado a actuar, por lo que sólo cabe esperar.

Las modificaciones legislativas son, en ocasiones, confusas, pues cuando los ciudadanos se acostumbran a un cambio, se les solapa con otro, y concretamente en esta área nos encontramos con muchos casos en los que los padres no saben exactamente qué derechos tienen cuando nacen sus hijos. Por ello, en Ibisum Law revisamos tu caso y te ofrecemos una consultoría legal óptima. Para que tu única preocupación, sea tu familia.

Fuente: Ibisum

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