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La Comisión Europea ha impuesto una multa de más de 200 millones de euros a la empresa cervecera belga Anheuser-Busch InBev, (AB inBev), por imponer restricciones a las ventas transfronterizas de los Países Bajos a Bélgica.

AB Inbev es a día de hoy la mayor empresa cervecera del mundo. Según la Comisión Europea, la fabricante tiene una cuota de mercado global del 25% en el mercado de la cerveza y goza de una posición de dominio en el mercado cervecero belga, donde su cerveza Jupiler ostenta una cuota de mercado superior al 40%. No obstante, en los Países Bajos y Francia se ve obligada a vender a sus distribuidores el mismo producto a precios inferiores, puesto que en estos mercados la presión competitiva es mayor.

En junio de 2016, la Comisión inició una investigación de oficio para determinar si AB InBev estaba abusando de su posición de dominio al limitar las importaciones de cerveza en el mercado belga. Tras tres años de investigación, la Comisión ha concluido que, en efecto, la cervecera limitó las ventas transfronterizas, restringiendo la posibilidad de que los supermercados y los distribuidores belgas compraran cerveza más barata en los Países Bajos entre febrero de 2009 y octubre de 2016. Para ello, la empresa se valió de las siguientes prácticas:

  1. Modificar el empaquetado de algunos de sus productos de cerveza Jupiler suministrados a sus distribuidores en los Países Bajos para dificultar su venta en Bélgica, en particular mediante la eliminación de la versión francesa del etiquetado, así como alterando el diseño y tamaño de las latas de cerveza.
  2. Limitar los volúmenes de cerveza Jupiler suministrada a los mayoristas en los Países Bajos, para restringir las importaciones de estos productos a Bélgica.
  3. Condicionar la venta a minoristas a la aceptación explícita de limitar la importación de cerveza Jupiler más barata desde los Países Bajos a Bélgica.
  4. Condicionar las promociones ofrecidas a un minorista en los Países Bajos a que éste no ofreciera los mismos descuentos a sus clientes belgas.

Estas prácticas han sido calificadas por la Comisión como un abuso de posición de dominio, si bien puntualizó que las mismas serían igualmente anticompetitivas si fuesen fruto de un acuerdo entre empresas. Según Margrethe Verstager, Comisaria de Competencia, “los consumidores belgas han pagado un sobrecoste por su cerveza favorita debido a la estrategia deliberada de AB InBev de restringir las ventas transfronterizas entre los Países Bajos y Bélgica”.

La cooperación de la cervecera ha tenido un papel relevante en el resultado del caso, y en respuesta a ella la Comisión redujo la multa en un 15%. En concreto, AB InBev reconoció la autoría de las conductas y propuso un remedio. En particular, la cervecera se ha comprometido a etiquetar los productos que comercializa en Bélgica, Francia y los Países Bajos tanto en francés como en holandés, facilitando así las importaciones a Bélgica desde sus países vecinos.

El resultado del presente caso pone de relieve el especial interés de la Comisión Europea por las prácticas restrictivas de la competencia en relación con las ventas transfronterizas y su prioridad en la agenda comunitaria. De hecho, la Comisión no es la única autoridad que vigila las ventas fronterizas, como demuestran en España casos como el de Schweppes (comentado en nuestro blog en 2017). Por ello, resulta claro que las empresas fabricantes de productos de consumo deberían tomar precauciones en cualquier aspecto de su política comercial que pueda interferir con las ventas transfronterizas, especialmente en lo concerniente a sus acuerdos de distribución pero también respecto al etiquetado de sus productos.

La nota de prensa de la Comisión Europea puede consultarse aquí.

Joaquim Candel Prácticas
Beatriz García Quiroga Prácticas