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Juan Fdez-Goula Pfaff, Ingeniero Industrial – MBA. Goupe, S.L.

Después de 15 años de experiencia en empresas del automóvil y de la energía, con responsabilidades en Asistencia Técnica, Formación y Consultoría, en el año 1997 fundé la división Peritaciones Técnicas de Goupe, S.L. para asesorar a los profesionales del derecho cuando precisan de especialistas que les expliquen, en lenguaje coloquial, qué es lo que dice la técnica sobre el asunto en litigio.

El Perito es la persona que informa al juez.

El Perito analiza el pasado, los hechos ocurridos y las evidencias que dejaron.

El Perito es un gestor de sentido común con experiencia, cuya misión es encaminar los hechos y las circunstancias ocurridos mediante su conocimiento experto, con objeto de dar luz sobre la verdad para que quien debe juzgar valore la naturaleza de los hechos.

El peritaje de Ingeniero Industrial

La pericia de parte, en el marco de la Ingeniería Industrial, tiene dos etapas bien definidas: la consulta y el dictamen pericial.

Previamente a la aceptación del cargo el perito puede y debe ser consultor de la parte. Obviar o desconocer esta primera etapa lleva a que la parte no siempre aproveche suficientemente la actuación del experto.

Otra forma de definir estas etapas son: el servicio a la parte –la consulta-, y el servicio al juez –el dictamen pericial-.

En el desarrollo del servicio a la parte el experto puede desempeñar labores de investigación, y puede acompañar a los letrados de la parte, desde su conocimiento experto, en la formulación de los extremos sobre los que debe versar el dictamen.

La figura del consultor y la figura del experto se solapan en la etapa previa a la aceptación del cargo de perito. Es una muestra de la destreza del letrado aprovechar, en beneficio de su cliente, la consultoría con el perito experto.

En el servicio al juez aparece el perito y desaparece el consultor: por el mero hecho de aceptar el cargo el perito es perito del juez o perito judicial.

Nuestra opinión es que no existe el perito de parte. No puede caber duda: el perito es del juez.

Es preciso dar a conocer esta diferente etapa a la parte que encarga un dictamen pericial: acabada la consulta y aceptado el cargo de perito, éste vierte su “conocimiento experto” al servicio del juez y en modo alguno es el defensor de la parte, a la que defiende su abogado, y nunca el perito que haya elegido.

Del mismo modo que hemos distinguido dos etapas del ingeniero en la pericia -la consulta y el dictamen pericial- en este último, una vez aceptado el cargo de Perito, también cabe considerar dos etapas: el informe pericial y la presencia del perito en la Sala. La mejor pericia es cuando el informe es tan claro y concluyente que obvia la segunda etapa, y permite acabar con el litigio, sin entrar en la Sala.

Resulta importante para el buen avance del litigio la adecuada presencia del perito en la Sala, y la realidad muestra que aparecen problemas cuando se optó por escoger al técnico especialista en lugar de elegir a un especialista en pericia, con competencias técnicas, por supuesto.

El Valor Añadido que aporta el buen perito proviene no sólo de su conocimiento experto – sin duda alguna imprescindible-, sino también de la credibilidad que es capaz de transmitir a la Sala. No se trata de ser el mejor experto en el campo de la técnica que ocupa el litigio –error al elegir perito- sino que ha de transmitir con la suficiente competencia y solvencia el resultado de su pericia, con seguridad, coherentemente, y en lenguaje llano, sin olvidar nunca que el Juez (y los letrados) se fijan en lo que entienden, y omitirán en su interpretación todo aquello que no entiendan de un informe técnico. De ahí que el aspecto divulgativo del perito técnico es imprescindible para el buen discernimiento de la Sala.

La experiencia nos demuestra que las competencias de los ingenieros industriales sólo las conocen… los ingenieros industriales. Muchas veces después de haber realizado un dictamen pericial los letrados nos preguntan si podíamos haber intervenido en otros casos que desarrollaron, y entonces lamentan no haberlo sabido antes y manifiestan lo útiles que les habrían sido los servicios del Ingeniero Industrial en otros procedimientos.

A continuación relacionamos, a modo de listado ilustrativo, que no exhaustivo, los servicios que prestan los Ingenieros Industriales o “las desconocidas competencias de los Ingenieros Generalistas”:

• Valoraciones y tasaciones.

• Urbanismo y Construcción.

• Infraestructuras, Energía y Electricidad.

• Actividades económicas e Instalaciones industriales.

• Propiedad Industrial, Paten- tes y marcas.

• Análisis y reconstrucción de

accidentes, siniestros e incen- dios. Prevención.

• Química, Mecánica.

• Logística, Distribución y Transporte.

• Medioambiente, Calidad, Auditorias.

• Planeamiento, Obra pública, Administración local.

• Valoración de empresas. Due diligence. Viabilidad ejecuti- va y organizativa.

En resumen, todos los asuntos que precisan un conocimiento Técnico, Industrial y de Empresa.