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La tecnología está cambiando nuestra forma de trabajar. Aparecen nuevas profesiones, desaparecen otras; afecta también a como desempeñamos nuestros empleos y hasta que alcance tiene nuestro trabajo. Estamos viendo como las máquinas se desempeñan muy bien con tareas estructuradas que manejan abundante información. Pueden elaborar incluso resúmenes y memorándums esquematizados. Para memorándums que requieren enfoque estratégico y persuasión, los ordenadores todavía no se encuentran capacitados para hacer un mejor trabajo que los hombres.

El trabajo a realizar por humanos requerirá cada vez más pensamiento innovador, creatividad, habilidades sociales; cosas que no le van bien a las máquinas. En un estudio reciente de la Universidad de Oxford (Reino Unido) sobre automatización, los investigadores intentaron cuantificar la probabilidad de que se digitalicen determinados trabajos al evaluar el nivel de creatividad, inteligencia social y habilidad física que requieren. Los coreógrafos, profesores de primaria y los asistentes sociales psiquiátricos están probablemente a salvo, según su análisis, mientras que los trabajadores de telemarketing y los contables especializados en preparar la declaración de la renta tienen más probabilidades de verse reemplazados.

Nadie duda de que algunos trabajos se irán automatizando, hasta dejar de existir. Las fábricas más modernas de construcción de automóviles funcionan, en la mayoría de sus procesos, de forma totalmente automatizada, donde es un robot quien se encarga de la ejecución de las tareas. También la tecnología va a propiciar nuevos empleos que ahora no existen. También están modificando la forma como realizamos el trabajo, el lugar (en casa, o en remoto) y el ámbito de competencia, que progresivamente es global.

Fuente: JDA

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