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Entre las alternativas de consultoría de empresas, pymes y autónomos que surgen hoy día para garantizar la sostenibilidad de un proyecto o alcanzar la senda del éxito en un negocio encontramos las llamadas incubadoras de empresas.

A pesar de esta nomenclatura compleja, no hablamos más que de instituciones (públicas o privadas) cuyo objetivo es asegurar el éxito de la creación y constitución de nuevas empresas y proyectos emprendedores a través de una amplia gama de recursos empresariales. Hablamos, generalmente, de un tipo de organizaciones específicas que están patrocinadas y apoyadas por empresas privadas, entidades gubernamentales o universidades y que te ayudan a ‘incubar’ o ‘acelerar’ tu empresa según tus necesidades de negocio.

La finalidad de una incubadora de empresas es facilitar los mecanismos para que el negocio pueda ser auto-sustentable. Un espacio de oficina en el cual se les proporciona apoyo a las compañías en lanzamiento a crecer, brindándoles guía y consejos en un ambiente controlado hasta que se encuentren listos para salir del cascarón.

Tipologías de incubadora de empresas

Distinguimos dos grandes tipos de incubadoras de empresas:

  • Aquellas fundadas por empresarios de éxito o business angels. Suelen aportar una inversión inicial de capital, además de orientar a los emprendedores en materia de gestión, de las sucesivas etapas de financiación y captación de primeros clientes.
  • Las públicas, promovidas mayormente por universidades y administraciones.

En cuanto a los recursos que utilizan, las incubadoras de empresas cuentan con distintas clases de recursos, que incluyen el alquiler de espacios físicos y telecomunicaciones, así como servicios de coaching, networking y acceso a financiación, entre otros.

Desventajas: Dificultad de acceso

Es incuestionable que durante los últimos tiempos se ha dado un notorio incremento de la cantidad de incubadoras de empresas, especialmente alrededor de los Estados Unidos. De hecho, se dice que este tipo de plataformas están realmente de moda, hasta el punto de que están surgiendo en muchas ciudades de España, Europa, Estados Unidos y Latinoamérica, donde están experimentando un crecimiento muy notable.

Sin embargo, y a pesar de constituir un auténtico trampolín para que muchos negocios puedan dar el salto hacia el éxito, cuenta entre sus principales desventajas con la dificultad para ser admitido. Es más, en muchos casos resulta más difícil obtener un puesto en una incubadora que conseguir capital.

Esto se debe a que, al igual que los business angels, las incubadoras de empresas también valoran los proyectos en los que invertir, al estar patrocinadas en muchas ocasiones por grupos de capital riesgo.

Define bien tu proyecto

Las incubadoras de empresas suelen operar dentro del campo tecnológico, al estar especializadas en ocio digital o Big Data, entre otros. Por este motivo, es muy importante tener muy claro el tipo de servicios que más le convienen a tu proyecto, además de cuáles van a ser las prestaciones y los objetivos que quieres conseguir.

Para ello, es necesario que definas muy bien tu propuesta, ya que esto te ayudará a tener claro los aspectos que quieres reforzar, además de ayudarte a valorar mejor la elección de la incubadora de empresas que más se ajuste a tus necesidades.

Fuente: Anta Consulting

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