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El 18 de julio de 2018, la Comisión Europea (“CE”) puso fin a la investigación iniciada en 2015 por las posibles prácticas anticompetitivas de Google en relación con su sistema operativo para teléfonos móviles, Android, y sus aplicaciones. La decisión impone una multa récord de 4.340 millones de euros a Google por abusar de su posición de dominio en el mercado general de búsqueda en Internet al imponer restricciones ilegales a los fabricantes de dispositivos que usan el sistema Android y a operadores de redes móviles.

Android es un sistema operativo de código abierto para móviles que Google licencia gratuitamente. Actualmente, alrededor del 80% de los smartphones europeos y las tres cuartas partes de los dispositivos móviles en todo el mundo funcionan con el sistema Android.

La CE ha concluido que Google exigió a los fabricantes la preinstalación de Google Search y su navegador Chrome, como condición para obtener la licencia de Google Play Store. De acuerdo con la decisión, Google también impedía a aquellos fabricantes que deseaban preinstalar aplicaciones de Google, vender dispositivos con versiones modificadas de Android, no aprobadas por Google. Finalmente, la CE afirma que Google realizó algunos pagos a ciertos fabricantes a condición de que preinstalaran exclusivamente la aplicación de búsqueda (Google Search) de Google.

Según la CE, el comportamiento de Google ayudó a reforzar (“cimentar”) su posición en el mercado de los motores de búsqueda desincentivando la preinstalación de motores de búsqueda de otros competidores por parte de los fabricantes de teléfonos. El comportamiento de Google ha provocado la salida de los competidores de Google del mercado de navegadores en dispositivos móviles, obstaculizando la innovación y negando a los consumidores los beneficios de una competencia efectiva.

Durante la investigación, Google argumentó que la CE no había tenido en consideración la existencia del sistema operativo iOS de Apple, su principal competidor. Además, señaló que los fabricantes no están obligados a preinstalar ninguna aplicación de Google y que las aplicaciones ofrecidas por Google pueden, en cualquier caso, ser borradas por los clientes en todo momento.

Google también hizo hincapié en que, desde su aparición en 2007, el sistema operativo de Android ha sido ampliamente utilizado por los fabricantes para fabricar mejores teléfonos y más baratos. Finalmente, Google subrayó que las aplicaciones preinstaladas ofrecen una gran variedad de opciones para los usuarios.

Además de la multa, la decisión ordena a Google cesar en las prácticas ilegales en 90 días. Se espera que el modelo comercial de licencia gratuita de Android de Google cambie como resultado.

En relación con lo anterior, el Presidente de Developers Alliance argumentó recientemente a favor de los ecosistemas de dispositivos móviles actuales en una carta a la CE. Expresó su preocupación en relación con una decisión de la CE contra Google, como la que se ha anunciado hoy, pudiera aumentar los costes para muchos fabricantes y reducir las opciones para los consumidores sin aumentar el tamaño del mercado.

La decisión de hoy se suma a la multa impuesta a Google en 2017, por las que en su conjunto deberá pagar la cantidad de 6.76 mil millones de euros. A día de hoy, sigue abierta la investigación sobre Google AdSense iniciada en 2015, por lo que esta cantidad podría incluso aumentar en el futuro cercano.

Google ya ha confirmado que va a recurrir la decisión ante los tribunales europeos.

Carolina Fernández y Iratxe Aguirre de la Cavada