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Un despido, tanto si es objetivo como disciplinario, puede ser calificado como procedente, improcedente o nulo. Pero a veces, los empresarios intentan pasar por procedente un despido que, en realidad, no lo es. Y piden al trabajador que lo firme y se olvide del asunto.

Si te ha ocurrido esto y algo no te encaja, ¿cómo saber si puedes tener razón? ¿Se necesita un abogado para identificar un despido injustificado? En este artículo te disipamos esta duda, explicándote la labor de un letrado laboralista en estos casos. Pero también te damos las claves para que tú mismo puedas saber si merece la pena pedir ayuda legal.

Y si después decides reclamar, te aclaramos si debes ir acompañado por un abogado según cada fase del procedimiento. Así como los posibles resultados que puedes obtener una vez finalizado el proceso de reclamación de tu despido.

¿Debo firmar mi carta de despido?

Como hemos recalcado en otros posts de nuestro blog, así como en los vídeos que publicamos en el canal de Youtube de Campmany Abogados, la respuesta es sí. Pero con un detalle muy importante: bajo nuestra firma, o junto a ella, debemos escribir las palabras NO CONFORME. Eso nos da la posibilidad de reclamar. Y si finalmente no lo hacemos, no ocurrirá nada. Pero es el modo de dejar la puerta abierta para poder hacerlo.

Firmando de esta manera la carta de despido, aunque solo sea por una sospecha de que las cosas no se están haciendo bien por parte de la empresa, podemos proceder a analizar detenidamente si el despido está o no ”ajustado a derecho” (es decir, si todo es correcto desde el punto de vista de la normativa).

Claves para saber si tu despido no es procedente

La causa de un despido ha de estar justificada, y ser acorde a la ley. A veces esto puede ser fácil de detectar, pero no siempre es así. Un despido potencialmente nulo puede ser, a veces, más sencillo de reconocer, porque responde a situaciones muy concretas y tipificadas (despido por embarazo, durante permisos relacionados con la paternidad, mientras hay una excedencia por cuidado de familiares, etc). Tienes más información sobre el despido nulo en este enlace.


Quizá en esas circunstancias tú mismo puedas discernir que tu destitución no es procedente sino que debe ser nula, por algún tipo de discriminación. Aunque si tienes dudas sobre ello, puedes consultar a un abogado especializado en despidos.

Despido improcedente: la cosa se complica

Pero es más difícil discernir si se trata de un posible despido improcedente. Porque esta calificación la merece un despido injustificado (en general, porque las normas al respecto no dan muchos detalles). O si no se acredita el imcumplimiento que se está alegando. E incluso si tuviera una justificación en cuanto a su contenido, puede llegar a declararse improcedente si no se han respetado las formalidades necesarias en su notificación. Por ejemplo, si no se exponen las causas y/o la fecha de efectos. Por estas razones, no es tan fácil determinar que se ha producido un despido improcedente.

Si deseas verificar si ha habido improcedencia en tu cese en el trabajo, puede que en ese momento sí sea conveniente consultar a un abogado. Él o ella podrá estudiar exhaustivamente tu despido e informarte si efectivamente la destitución ha sido justa o no. Asimismo, te podrá indicar las probabilidades de éxito si reclamas (y la viabilidad jurídica), y cuáles serán los pasos a dar.

La reclamación de tu despido con un abogado

Imaginemos que tu intención de luchar es firme. El primer trámite puedes realizarlo con o sin un abogado que te respalde. Hablamos de lo que se denomina ‘papeleta de conciliación’: una reunión formal en los juzgados con algún representante de tu empresa, lo que en ningún caso es un juicio sino un acto de conciliación.

No obstante, antes de su celebración, hay que realizar la gestión de presentar esa papeleta (que debe ser admitida), y aunque prefieras prescindir de un letrado en el posterior encuentro con tu empleador, quizá puedas necesitarlo para interponerla debidamente en el juzgado. ¡Recuerda que dispones de 20 días para hacerlo! En cualquier caso, lo habitual es que tu representante legal esté a tu lado el día de la conciliación si previamente la ha solicitado en tu nombre. Además, así estarás protegido por una persona acostumbrada a desenvolverse en esas situaciones, con las habilidades requeridas para que en la negociación se consiga el mejor acuerdo posible: con la máxima indemnización.


Recuerda que es tu vida y tu decisión, y si tienes claro tu objetivo, en caso de que vayas solo no debes ceder ante una contrapropuesta poco favorable de la empresa. Un abogado que te acompañe te podrá aconsejar valorando tus opciones en los pocos minutos que te darán, si antes no ha habido una reunión privada entre las partes donde se han aclarado las diferencias y el trámite del acto se lleva a cabo simplemente para firmar.

El abogado en un juicio por despido

Cuando el acto de conciliación no llega a buen puerto, existe la posibilidad de ir a juicio. Llegados a esta fase, y aunque no es imprescindible, sí es altamente aconsejable que prosigas el proceso con la guía y el asesoramiento de un abogado especialista en la materia. Este redactará una demanda y la presentará ante los Juzgados de lo Social, para que sea un juez quien califique el despido. Y concluya si este es procedente, improcedente o nulo.

Piensa que un despido procedente, que es el que probablemente te habrán ofrecido de inicio, aunque conlleve un finiquito no implica recibir una indemnización. Esto es diferente si un magistrado dicta que el cese es improcedente, injustificado. Porque de no cobrar nada en términos indemnizatorios pasarías a percibir 33 días de sueldo por año trabajado, siendo el máximo de 24 mensualidades. Más 45 días por año por el periodo en el que se haya desarrollado la actividad laboral antes del 12 de enero de 2012, si así hubiera sido.

Paralelamente, si el juzgador sostiene que el despido es nulo, debe reincorporarte en idénticas condiciones. Y abonarte el salario de los días que ha durado tu despido. En cualquiera de ambos casos -nulo o improcedente- el abogado defenderá tus derechos en el juicio. Presentando las pruebas y alegaciones adecuadas, gracias a sus conocimientos y experiencia en Derecho Laboral.

Pero antes... preparación de tu defensa

Si no quieres renunciar a las ventajas de la presencia de un letrado que te ayude en tu juicio por despido, debes saber que el abogado que te asista analizará previa y concienzudamente tu despido. Estudiará cada detalle para tener un control total del caso. No es únicamente una figura que está junto a ti en la vista judicial. Además de investigar la documentación, te entrevistará ampliamente para conocer tu vivencia y punto de vista.

Otra función importante del abogado es tranquilizar a su cliente en la medida de lo posible, con expectativas realistas a la vez que resaltando los puntos fuertes en los que se basará su defensa ante el tribunal. Siempre aplicando la ley y preparándose para cualquier eventualidad que pueda tener lugar en el acto judicial, por ejemplo anticipándose a los argumentos de los letrados contratados por el empresario


Como hemos visto, si bien no es obligatorio, sí es imprescindible en la práctica que vayas asistido por un abogado en un proceso judicial de despido. No obstante, esto difiere si se recurre al Tribunal Superior o Supremo (recurso de suplicación o casación, respectivamente) donde sí es indispensable la representación legal, bien de un abogado o al menos de un graduado social.

Y llegó el día del juicio

Este momento puede suponer un trance para un trabajador, pero no tiene por qué ser así. Recuerda que sencillamente estás peleando por tus derechos, y si has llegado a este punto es porque tu abogado ha valorado que tu caso es viable. Sin embargo, estar nervioso es completamente normal. Pero tu abogado también te calmará y será tu “ancla” durante la vista oral. Debes seguir siempre sus indicaciones y, por supuesto, las del juez. Has esperado mucho tiempo para estar ahí, y ahora debes confiar en tu letrado y en su capacidad para llevar a cabo su trabajo. Tu cometido es el de tener autocontrol y paciencia. Porque tus intereses estarán siendo defendidos con las máximas garantías.

Conclusión

Debido a la complejidad de la litigiosidad laboral y la relevancia de la finalidad que se persigue, puede ser muy positivo que cuentes con un abogado desde el primer instante en que se produce un posible despido injustificado. Y si careces de recursos económicos, puedes solicitar la intervención de un abogado de oficio. Lo esencial es que se resuelva la controversia a tu favor, y que derives esa gran responsabilidad a alguien que conozca las leyes y sepa utilizar las mejores cartas en tu beneficio.

Ten en cuenta que un magistrado no va a tener en cuenta tus sentimientos subjetivos y situación económica particular, sino los hechos probados. Y es la tenacidad y la minuciosidad del profesional laboralista lo que puede llevarte a la victoria, que para ti puede significar una indemnización por despido improcedente. O la vuelta a tu puesto por decretarse que el despido ha sido nulo.

Mi nombre es Marc Nicolau y soy abogado especialista en Derecho Laboral y de la Seguridad Social con más de diez años de experiencia. Ayudo a mis clientes a encontrar una solución a sus problemas, ya sea consiguiendo el reconocimiento de una Incapacidad Permanente ante el INSS o los Juzgados o asesorándoles en casos de despido.

Fuente: Campmany Abogados

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