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Aunque parezca mentira así se desprende del reciente fallo de la Audiencia de Castellón al anular la cláusula de intereses de un contrato.

El caso entre un particular y su banco en virtud de la reclamación por parte de la entidad bancaria al pago de intereses generados por la tarjeta de crédito que oportunamente contrató el cliente.

Según el auto la letra era “tan pequeña que no bastaba el uso de gafas, sino de una lupa para leerlo” ante lo cual resuelve que se deba abonar la parte pura de la deuda.

Este tema nos sitúa en un terreno muy controvertido y es el que genera la relación entre el personal de un banco y su clientela respecto a la interpretación de los contratos que se firman.

Recordemos hechos recientes que causaron tantos dolores de cabeza como fue el de las preferentes, caso que tratamos aquí. O de la hipotecas subprimes entre otros casos de más antigüedad.

Pocos particulares saben que la CIRCULAR 5/2012, del Banco de España, de 27 de junio, a entidades de crédito y proveedores de servicio de pago, sobre transparencia de los servicios bancarios y responsabilidad en la concesión de préstamos en su Norma Décima punto 3 dice expresamente lo siguiente:

En todo caso, los documentos contractuales se redactarán de forma clara y comprensible para el cliente. En particular, el tamaño de la letra minúscula no podrá tener una altura inferior a 1,5 milímetros. El contrato deberá reflejar fielmente todas las estipulaciones necesarias para una correcta regulación de la relación entre el cliente y la entidad, evitará el uso de tecnicismos y, cuando ello no sea posible, explicará adecuadamente el significado de los mismos. No se incluirá en el contrato ningún concepto que resulte innecesario o irrelevante para su correcta aplicación e interpretación.

Si comparamos equivalencias respecto a la tipografía que usamos en formato Word la situamos entre 7 y 4, la diferencia está dada desde donde medimos cada letra, desde la cresta o desde el cuerpo.

Sea como fuere cuando tienes que interpretar un contrato bancario de una cierta complejidad lo mejor es que te asesore un experto. En Ibisum Advocats te protegemos y por eso estamos para ayudarte.

Fuente: Ibisum Advocats i Consultors

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