Salvador Alemany es Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad de Barcelona, Profesor Mercantil, Censor Jurado de Cuentas, MBA en el IESE y Presidente de ABERTIS y SABA INFRAESTRUCTURAS Querido Salvador:
No son muchas las empresas españolas multinacionales. Tú presides una de ellas. ¿Cómo crees que se encuentra la internacionalización de las empresas españolas?¿Cómo ves la trasformación de nuestro tejido empresarial en el ámbito de su internacionalización y su capacidad de competir en igualdad de condiciones con las empresas extranjeras?
Querido Xabier:
¿Cómo veo la internacionalización de nuestras empresas y su capacidad de competir?
Ofrecer una respuesta precisa a esta cuestión requeriría un cierto análisis por sectores, puesto que el impulso y el éxito globalizador dependen de la competitividad del sector (y de cada empresa) respecto a los restantes jugadores del mismo mercado.
En mi opinión, hablando en términos generales, las empresas españolas supieron aprovechar mejor que sus competidores europeos el período de expansión financiera y de globalización de los mercados que vivimos antes de la irrupción de la crisis, aunque hemos de reconocer que la superior propensión al riesgo de nuestros empresarios y ejecutivos tuvo, en algunos casos, la contrapartida negativa de un endeudamiento excesivo que aún tienen que acabar de digerir.
En todo caso, puede afirmarse que el éxito en la internacionalización, en nuestra tipología de empresas, debe venir necesariamente acompañado de dos factores: cierta dimensión y una probada especialización.
Sin una dimensión productiva y financiera mínima no puede emprenderse en soledad el duro camino que supone la exploración de mercados foráneos, a los que no se puede viajar para quedarse sin fondo en la primera dificultad; y el segundo aspecto, la especialización en el producto o servicio, es imprescindible para focalizar el esfuerzo innovador de nuestra producción hacia la excelencia y la productividad, claves para conquistar y mantener mercados en una economía global.
Nuestra creciente presencia en el comercio internacional, a pesar de la entrada en escena de nuevos actores, muestra que son muchas las empresas que han encontrado su camino de desarrollo y han entrado en la fase de madurez, que consiste en aprovechar plataformas propias o compartidas en el exterior para seguir ampliando sus mercados.
Salvador Alemany
