En cumplimiento de lo dispuesto por el RD 902/2020 de 13 de octubre, desde ayer, 14 de abril de 2021, TODAS LAS EMPRESAS tienen el deber de cumplir con la Ley de Igualdad Retributiva entre Mujeres y Hombres.
En consecuencia, a partir de este mes deben contar con un registro salarial segregado por sexos de toda la plantilla, incluido los altos cargos y directivos.
El registro salarial debe incluir los valores medios de los salarios, los complementos salariales y las percepciones extra-salariales de todo el personal de la empresa.
El período de referencia del Registro Salarial es de UN AÑO. El documento que contiene el registro debe permanecer en todo momento accesible, a disposición de la Inspección y de todo el personal, a través de la Representación Legal de los Trabajadores y Trabajadoras en las empresas que cuenten con la misma.
Por otra parte, las empresas de 50 o más personas trabajadoras tienen el deber de contar con un Plan de igualdad que incluye una auditoria retributiva, que sustituye y amplía el contenido básico del registro salarial obligatorio.
En los casos en los que las retribuciones de un sexo superen a las del otro por encima del 25%, debe exponerse asimismo la justificación de los motivos por los que la media aritmética, o la media de las retribuciones totales arroje esa diferencia retributiva entre sexos.
Asimismo, tal y como hemos expuesto más ampliamente en anteriores publicaciones, el RDL 6/2019 impone la aplicación gradual del deber de contar con Plan de Igualdad de acuerdo con el siguiente calendario:
Consecuencias del incumplimiento:
Constituyen incumplimientos susceptibles de sanción administrativa:
Las sanciones que corresponden en los anteriores casos
En consecuencia, la observación de las normas y la aplicación de buenas prácticas en materia de igualdad y transparencia permitirá a las empresas diligentes cumplir y adaptar sus normas y protocolos internos a fin de evitar conductas que puedan suponer riesgos descontrolados y futuras responsabilidades administrativas y riesgos reputacionales evitables.
Andrea Accuosto