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Desde 1993, cuando fue designado por la Asamblea General de las Naciones Unidas, se viene celebrando el Día Mundial del Agua realizándose foros, debates y actividades dirigidas, principalmente, a que la población mundial tome conciencia de la función esencial del agua y de los problemas relacionados con dicho bien escaso, así como a la búsqueda de soluciones para lograr gestionar de la forma más eficiente los recursos hídricos.

Como todo el mundo sabe, el agua es esencial para la vida que habita en nuestro planeta. Nuestros ecosistemas, nuestra sociedad y nuestra economía necesitan agua para poder prosperar y crecer. No obstante, los recursos hídricos son escasos y vulnerables debido, entre otras razones, a la contaminación y sobreexplotación de dicho recurso por el hombre. Asimismo, una de las mayores amenazas a las que se enfrenta el agua, y el propio ser humano, es el cambio climático, que tiene importantes repercusiones en la disponibilidad de recursos hídricos. La ONU prevé un aumento de temperaturas y cambios extremos que pueden afectar a la distribución de las precipitaciones, la fusión de las nieves, el curso de los ríos y el agua subterránea, que pueden conllevar un deterioro de la calidad del agua, así como la falta de disponibilidad de tan preciado recurso en muchas zonas del planeta. Por ello, es necesario generar una mayor conciencia de la afección que el cambio climático puede tener sobre las aguas, debiendo buscarse una respuesta de colaboración integrada, multisectorial y multidisciplinaria.

Desde el ámbito de la Unión Europea, las políticas medioambientales en materia de aguas tienen una especial significancia y se dirigen a proteger los recursos hídricos y garantizar su calidad ecológica. Por ello, ya se aprobó en el año 2000, la Directiva Marco sobre el Agua (DMA) que adoptó una estrategia “ecosistémica” integrada para proteger los ecosistemas acuáticos de manera igualitaria en cuanto a la calidad del agua, la cantidad de agua y su papel como hábitats. Por su parte, la preocupación por el agua ha llevado a que el sistema de gobernanza del agua de España se base en la planificación, en la participación pública y en el desarrollo tecnológico y la innovación. En este sentido, son múltiples las políticas y actuaciones que desde las distintas Administraciones Públicas se llevan a cabo, tales como, una planificación hidrológica adecuada, la gestión sostenible de los recursos hídricos, la eficiencia en el servicio mediante, por ejemplo, la modernización de los regadíos o el saneamiento y depuración de las aguas residuales y la seguridad para los ciudadanos. En línea con lo anterior, recientemente (enero 2016) se ha aprobado la revisión de los Planes Hidrológicos de las 12 demarcaciones hidrográficas intercomunitarias, así como de 4 demarcaciones hidrográficas intracomunitarias para, entre otros objetivos, lograr una mejor y más eficiente gestión del agua.

Finalmente, es importante tener en cuenta que todas las políticas que se acometan por las distintas administraciones son estériles si individualmente no contribuimos a la mejora de la gestión y calidad de las aguas. Y es que, junto con el aire que respiramos, el agua es un bien necesario que es preciso salvaguardar y proteger para lograr un desarrollo sostenible. Por ello, en el Día Mundial del Agua os invitamos a reflexionar sobre la importancia de este bien escaso y a implementar medidas, en vuestro día a día, que contribuyan a garantizar la sostenibilidad de este bien tan preciado.