Togas.biz

Nadie duda hoy que el impacto que tendrá el Blockchain (o cadena de bloques) será igual o más significativo que el que supuso la irrupción de internet hace ya varias décadas. Son, en efecto, muchas las industrias que están dando –y que darán– un cambio radical a sus respectivos modelos de negocio como consecuencia de la introducción de esta tecnología. Si bien ya abordamos en un post anterior la revolución que puede suponer la introducción del Blockchain en el mundo del arte, hoy nos gustaría recordar que la cadena de bloques también puede revolucionar –como ya lo está haciendo– el sector de la moda (y, en particular, del lujo), permitiendo a las empresas del sector reforzar la seguridad de sus cadenas de suministro.

Como sabemos, el lujo sufre desde sus inicios millonarias pérdidas como consecuencia de las falsificaciones, que son cada vez más difíciles de distinguir del original, lo que afecta no sólo a la imagen de las marcas sino también a la satisfacción de sus clientes, dos de los activos intangibles más significativos de toda firma. La amenaza que suponen las falsificaciones se ve asimismo intensificada por la evolución que experimenta hoy el sector textil a raíz de la incesante emergencia de plataformas de compra y de las redes sociales que propician ventas inmediatas sin intermediarios.

La cadena de bloques puede, en efecto, suponer un punto de inflexión en el marco de dicha lucha. ¿Por qué? Porque el Blockchain, articulado como un libro de contabilidad que permite rastrear el origen y el recorrido de un producto, impidiendo además la manipulación de los datos y sin necesidad de contar con intermediarios (como entidades financieras), puede otorgar en última instancia una garantía de valor y autenticidad tanto para el fabricante como para los consumidores.

Blockchain para luchar contra las falsificaciones

Conscientes de dicho potencial, las compañías DNA Sciences y Everledger aunaron fuerzas para crear –a través de Blockchain y de un sistema de autenticación y etiquetado (que aporta información sobre el proceso de confección de una prenda, incluyendo las materias primas utilizadas)– una plataforma que permite trazar la cadena de artículos de moda de alta gama y de piel, rastreando su origen y el camino seguido desde su confección hasta su llegada a las manos de los consumidores finales.

Las firmas de lujo tampoco han querido quedarse atrás y muchas han comenzado a explotar ya los beneficios que la cadena de bloques puede tener en sus respectivos modelos de negocio. De hecho, LMVH, Consensys y Microsoft han desarrollado una nueva paltaforma (basada en el blockchain de Ethereum) llamada Aura. Según se indica en un comunicado de prensa emitido por Consensys, gracias a dicha plataforma los clientes tendrán la posibilidad de acceder a una gran cantidad de información relacionada no sólo con la vida y recorrido de un producto, sino también con su origen y componentes, a partir de datos éticos y medioambientales, de los detalles sobre el cuidado del producto y de la información aportada sobre los servicios de garantía postventa.

Sin perjuicio de lo señalado, son en cualquier caso cada vez más las empresas y sectores que tratan de combatir la amenaza a la autenticidad de sus productos acudiendo a esta tecnología. Sin necesidad de ir más lejos, el whisky escocés Premium Ailsa Bay apostó por el Blockchain en un intento de combatir la falsificación de licores en el Reino Unido (falsificación que supone pérdidas de casi 220 millones de libras esterlinas al año).

¿Ha llegado, pues, el Blockchain para quedarse? Es evidente que sí. Como se ha dejado patente, el Blockchain permite la creación de un pasaporte para los productos, pasaporte constituido por una cadena de bloques (con información codificada) personal, intransferible e inalterable. Ello permite, proteger a las marcas contra las imitaciones que inundan el mercado de prendas falsificadas, alzándose como una herramienta y garantía que las mismas marcas no parecen querer dejar pasar.

Ana Sánchez Asociada