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Moisés cuenta con una impecable trayectoria en la práctica procesal de la abogacía, habiendo ejercido durante más de quince años de forma ininterrumpida en las Jurisdicciones Civil, Laboral, y Mercantil de todo el territorio nacional. Su experiencia en las diversas ramas del Derecho, le otorga una visión práctica y generalista ante conflictos legales complejos.

¿Cómo como crees que afectará a las relaciones laborales la irrupción del COVID-19 en nuestro entorno y en un futuro próximo? ¿Crees que esta situación puede alargarse durante mucho tiempo?
La mayoría de empresarios están viviendo la situación actual con mucha incertidumbre. Existe una tensión permanente por conocer las novedades legislativas y poder actuar rápidamente en consecuencia, no obstante, tanto el Gobierno con sus repentinos giros y contradicciones, como algunos Juzgados con sus novedosas Sentencias, están incrementando la sensación de inseguridad jurídica que existe hoy en día respecto la aplicación de los distintos instrumentos y medidas laborales que deberían mitigar los efectos de la pandemia (ERTE, despidos, modificación medidas, etc.).

Resulta difícil pronosticar un futuro pacífico a corto plazo. Lo cierto es que el mes de agosto ha sido en números macroeconómicos un desastre y la llamada “segunda ola” parece que está al llegar, por lo que el miedo y la contención están siendo la tónica general entre la mayoría de empresarios.

Todo apunta a que una nueva crisis está llegando. ¿Volveremos a situarnos en un escenario de crisis laboral, cierre de empresas y despidos?
Parece claro que los despidos colectivos llegarán tarde o temprano. Actualmente existen ciertas limitaciones a los despidos impuestas por el Gobierno, como la permanencia de empleo tras la aplicación de un ERTE o la limitación para utilizar las causas que tengan origen en la pandemia para justificar un despido. No obstante, el inmovilismo pretendido por los poderes públicos no suele ser una solución en términos empresariales. Los últimos 20 años nos han enseñado que las empresas (y personas) que más rápido se adaptan, son las que mejor superan los cambios, y mucho me parece a mí que el mundo no va a parar de cambiar…

¿En qué crees que podéis ayudar a vuestros clientes en estos momentos y en qué os diferenciáis del resto de despachos?
Nosotros no nos limitamos a pensar un único punto de vista, o desde un departamento en concreto. Ya sea por el funcionamiento interno del despacho, como por la trayectoria de la mayoría de los socios que formamos AddVANTE, creo que uno de los rasgos que nos definen es nuestra visión global que nos permite detectar los problemas del cliente como propios, y aplicarle la mejor de las soluciones.

No importa si esa solución parte del departamento civil, mercantil o laboral del despacho. A veces lo más complejo resulta detectar cual es la raíz del problema que presenta un cliente para poder identificar una solución correcta, y si bien muchos despachos tienden a la especialización de todos sus profesionales, ello puede provocar que únicamente se trate uno de los síntomas y no la enfermedad.

¿Entonces, los abogados de un área de derecho deben tener conocimientos de todas las ramas del derecho?

El derecho es muy amplio y resulta prácticamente imposible saberlo todo. Ahora bien, desde mi punto de vista, un socio de un despacho de abogados que tiene como clientes recurrentes a empresas, no puede limitarse a formarse únicamente en su campo de especialidad, sino que debe tener conocimientos básicos de todo aquello que rodea a la empresa, y que afecta a su funcionamiento. Por ejemplo, cualquier negocio jurídico o transacción que pueda realizar un abogado laboralista o mercantilista, tendrá una consecuencia fiscal y esto tiene un impacto directo en el resultado de la empresa.

Cada día aparecen nuevos problemas y contratiempos para las empresas que tienen implicaciones en distintos ámbitos del derecho, por lo que antes de definir qué solución debe aplicarse a un problema, resultará necesario haber previsto sus consecuencias y, en su caso, trabajar conjuntamente con el departamento correspondiente (mercantil, fiscal, financiero, etc.) a fin de facilitar al empresario la toma de decisiones.

Con el panorama actual, todo apunta a que las empresas van a tener que tomar decisiones de forma rápida y, en muchos casos, sin tener una certeza absoluta sobre las repercusiones legales que pueden derivarse, por lo que resulta recomendable tener cerca un asesoramiento práctico, rápido y eficiente que le ayude a tomar la mejor de las decisiones.

Moisés Álvarez

Fuente: AddVante

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