Las empresas pueden impulsar pequeños cambios en el entorno laboral que contribuyen a la conservación del medio ambiente: desde implementar autobuses o rutas de empresa hasta el teletrabajo, pasando por la creación de puestos necesarios para la monitorización del desarrollo sostenible.
Puede parecer remota la conexión entre cuestiones medioambientales y aquellas propias del mundo laboral, al ser su naturaleza tan diversa. No obstante, se impone tener una visión amplia y globalizada de este tema teniendo en cuenta la importantísima repercusión que los procesos productivos y la forma en la que los trabajadores prestan servicios pueden tener sobre el medio ambiente y cómo todo ello puede llegar a afectar la percepción que los trabajadores tienen de su trabajo.
Esta no es una cuestión novedosa, si bien queda mucho trabajo por hacer para seguir afrontando, también desde la esfera laboral, los desafíos que implica la conservación del medio ambiente. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha reconocido el cambio climático como una de las amenazas más grandes al desarrollo sostenible, motivo por el cual viene (i) desarrollando políticas y criterios internacionales de sostenibilidad en el trabajo, (ii) urgiendo a las autoridades a nivel nacional para que implementen políticas sociales y de empleo que apoyen los compromisos sobre cambio climático, y (iii) promoviendo que los sectores productivos y las empresas asuman compromisos reales de preservación del medio ambiente en sus procesos productivos.
Y todo ello es de la mayor relevancia a nivel empresarial por cuanto el concepto de trabajo digno o trabajo de calidad se va reinventando permanentemente y, haciendo un arriesgado ejercicio futurístico, podríamos incluso aventurar que en el futuro únicamente se considere digno un trabajo que se encuentre comprometido de manera real con la conservación del medio ambiente, en empresas con procesos productivos sostenibles y que lleven a cabo esfuerzos permanentes por hacer una transición hacia un modelo de trabajo verde.
¿Cómo de plausible es esto? ¿Hay algo que se pueda hacer por las empresas cuyo proceso productivo no afecta per se al medio ambiente? ¿Qué medidas concretas se pueden adoptar desde el punto de vista laboral?
No solo convirtiendo termoeléctricas de carbón en parques de energía eólica se puede mejorar el medio ambiente. Los pequeños cambios que puede impulsar una empresa respecto a la forma en la que se diseñan e implementan los procesos productivos seguidos por un colectivo de trabajadores o incluso en la forma en la que se seleccionan los contratistas independientes, pueden recorrer una larga distancia en el camino por conservar el medio ambiente.
A continuación enunciamos algunas de las iniciativas verdes más en boga a nivel laboral:
Son todas pequeñas iniciativas en el ámbito laboral. Pero en la época de las redes sociales, la interconexión, el Big Data y la globalización, difícilmente puede negarse que pequeños patrones implementados a grandes escalas pueden generar cambios inmensos. Cambios como los que se necesitan para cambiar la tendencia. Cambios necesarios para revertir 250 años de producción no-verde desde la revolución industrial. Cambios inmediatos para proteger el medio ambiente. Cambios para afrontar uno de los cambios más relevantes de nuestra generación y nuestro tiempo: el climático.
Departamento Laboral de Garrigues