La intervención de peritos es algo muy habitual en cualquier procedimiento de justicia ordinaria y, especialmente, en procedimientos arbitrales.
Si una empresa se encuentra inmerso en un proceso litigioso o en un contexto pre-litigioso, generalmente, requerirá los servicios de abogados y en función de la materia tratada, éstos precisarán expertos en otras áreas, que le asesoren y se encarguen de desarrollar y defender su posición en el litigio. Un asesor, ya sea legal o de otro ámbito, defenderá los intereses de su cliente por encima de cualquier otro interés.
Sin embargo, la figura del perito (expert witness) es distinta dentro de un procedimiento de justicia ordinaria o arbitral y, si bien un perito también se debe a su cliente, su principal obligación es frente al tribunal de justicia o arbitral. Según la definición de The Royal Institution of Chartered Surveyors (RICS) “An expert witness is a person engaged to give an opinion based on experience, knowledge, and expertise. The overriding duty of an expert witness is to provide independent, impartial, and unbiased evidence to the court or tribunal”.
El papel y las obligaciones de los peritos en procedimientos legales y arbitrales ha evolucionado a lo largo de los años, no obstante, en la sentencia emitida en la década de los 90, relativa al caso “Ikarian Reefer”, se plasmó un resumen muy acertado de las principales obligaciones de los peritos frente a los jueces y tribunales arbitrales (Ver documento).
El caso se refería al encallamiento del buque “Ikarian Reefer” y posterior incendio del mismo, lo que provocó su abandono en la costa de Sierra Leona. La cuestión que se debatía era si los actos fueron deliberados o accidentales y gran parte de la prueba se sustentó en la intervención de diversos peritos.
En el transcurso del procedimiento, el juez consideró que varios de los peritos malinterpretaron sus deberes y obligaciones y elaboró un resumen de cuáles eran dichos deberes y obligaciones. Una traducción libre de lo que se establecía en dicha sentencia en relación a los peritos, es la siguiente:
Ya hemos indicado que estas consideraciones tuvieron lugar hace aproximadamente 25 años, sin embargo, algunas de ellas, siguen siendo fundamentales a la hora de examinar el papel y obligaciones de los peritos en la actualidad.
De este modo, se estableció la necesidad de que los peritos fueran independientes, imparciales y no estuvieran influenciados por el caso o por la parte contratante y, la cuestión más relevante, la labor del perito debía ser asistir al juez o tribunal por encima de los intereses de la parte que lo contrataba.
En algunas ocasiones, este requisito esencial en un perito es malinterpretado por parte de asesores legales y clientes, que tratan de usar a los peritos para apoyar sus argumentos en el caso en cuestión. Esto puede llegar a comprometer la independencia del perito y, por tanto, restar validez a su labor. El buen perito no accederá a esas pretensiones.
Un resumen de algunas de las principales obligaciones de un perito serían las siguientes: