Dr. Bernat-Noël Tiffon, Psicólogo Experto en Psicología Forense acreditado por el Colegio Oficial de Psicólogos de Catalunya (COPC). Profesor de Psicología Criminal en la Universidad Internacional de Catalunya (UIC).
Desde el punto de vista de la Criminología: “Todo contacto deja huellas” tal como dijo el célebre criminólogo francés Edmond Locard (1877-1966).
Aunque los delitos por agresiones sexuales (comúnmente denominados violaciones y, antiguamente hace unos 50 años atrás, “delitos contra el pudor”) presentan sus indicios y signos físico-biológicos que sólo un facultativo médico (especialista y/o forense) puede determinar con más margen de maniobra; las secuelas y el daño psíquico suele ser más idiosincrásico y particular al caso.
Las circunstancias por las cuales se originan y se desarrollan agresiones sexuales pueden ser en tres situaciones (Tiffon, González, Arroyo, 2009) Nota al pie 1:
1. Delito contra la voluntad y libertad sexual de la víctima: por agresión, coacción físico-sexual o reducción física de la víctima por parte del agresor.
2. Por sufrir grado de Disminución Psíquica (Retraso Mental) en la víctima.
3. Por el fenómeno denominado “Sumisión Química”.
El término “Sumisión Química”, deriva del francés “Soumission Chimique” y se trata del uso de sustancias químicas con el fin de manipular la voluntad de las personas. La administración de la sustancia produce una incapacidad o inconsciencia que facilita la acción criminal, lo cual es el elemento básico de su uso. El uso ha cobrado un mayor protagonismo por su asociación con fines delictivos y/o criminales, siendo básicamente de tipo sexual, robos, etc.
La sustancia química no solo se administra sin el consentimiento de la víctima, la cual acostumbra a desconocer su administración sino que, además, también se administra de manera subrepticia y en condiciones fraudulentas. Los efectos deseados al administrar la sustancia química en la víctima son producir un efecto sedativo e hipnótico que altere el comportamiento psíquico de la misma con objeto a practicar la conducta criminológica-delictiva. En este caso, se trata de provocar la disminución de la capacidad volitiva de la victima y someterla, en contra de su libre voluntad, a la práctica sexual (la agresión sexual como tal).
La dificultad de la detección de los casos de sumisión química estriba en que el diagnóstico toxicológico es difícil: a menudo las sustancias utilizadas tienen una vida media muy corta en el organismo de la víctima y los análisis acostumbran a realizarse de manera tardía.
La sintomatología suele ser muy variable en función de las condiciones psico-biológicas de la víctima (edad, constitución corporal, funcionamiento metabólico del organismo a quien se administra la sustancia, etc.). No obstante, como puntos denominadores comunes a la misma, suele acontecer un inesperado y repentino nivel de inconsciencia muy variable, con sensaciones de parálisis corporal, que incluyen la imposibilidad de articular palabras, y la imposibilidad de recordar los sucesos acontecidos. Ocasionalmente, pueden tener episodios de “flashbacks” (vívidos recuerdos) relativos al incidente, tiempo después del mismo.
Con respecto a esta última consideración: la imposibilidad o incapacidad por parte de la víctima de recordar el episodio durante el curso del efecto de la sustancia química sobre su organismo (amnesia) deviene un tema esencial en el ámbito criminológico ya que se origina una amnesia anterógrada por la que no consigue rememorar el acontecimiento traumático que experimentó en el pasado (Schwartz y cols., 2000 Nota al pie 2; Dowd y cols. 2002 Nota al pie 3).
A la vez, ésta misma circunstancia provoca en la víctima una situación emocional de indefensión y desamparo que empeora y agudiza más el problema ya que viene a agravar el hecho de que ante la dificultad y/o imposibilidad de recordar los hechos delictivo-criminológicos, presenta más dificultades para exponer ante la Justicia los hechos de manera precisa y concreta.
La labor de los profesionales de la Salud Mental (Psicólogos y Psiquiatras) con respecto a la figura de la víctima va orientada a apreciar dos circunstancias:
- La valoración del grado y alcance de las secuelas psíquicas y daño mental presuntamente (Nota al pie 4) infringido sobre la victima.
- La apreciación de la validez del testimonio en casos de dudosa fiabilidad del relato victimizador.
NOTAS AL PIE
1. Tiffon Nonis, B.-N.; González Fernández, J. y Arroyo Fernández, A. (2009). Capítulo 4. “Pautas de Actuación”.
En Tiffon, B.-N. (2009). “Manual de Actuación Profesional en Psicopatología Clínica, Criminal y Forense: Una dimensión jurídicolegal”. Colección Bosch Penal. J.M. Bosch Editor. Barcelona.
2 Schwartz, R. ; Milteer, R. ; LeBeau, M. “Drug-facilated sexual assault (Date Rape)”. South Med. J. 2000; 93:558-61.
3 Dowd, S. M. ; Strong, M. J. ; Janicak, P. G. ; Negrusz, A. (2002). “The behavioural and cognitive effects of two benzodiazepines associated with drug-facilatated sexual assault”. J Forensic Sci 2002; 47:1101-7.
4 A considerar el ampliamente documentado tema de las falsas denuncias por agresión sexual con objeto a conseguir beneficios secundarios.
Obra pictórica: “Mercado de esclavos en Roma” (1867). Obra de Jéan-Léon Gérôme (1824-1904). Museo del Hermitage (San Petersburgo, Rusia).