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Las oportunidades de un sector emergente

Las principales ciudades del planeta ya están apostando por el modelo de Smart City. Se trata de conceptuar y desarrollar la urbe del futuro a partir de sistemas tecnológicos y digitales que, además, ayudan a su sostenibilidad. Un modelo que marcará las próximas décadas y que, evidentemente, tendrá su influencia en las tendencias que mueven al sector inmobiliario. Diversos estudios han tratado de dar respuesta a la pregunta de qué pasará en el ámbito del Real Estate en los años venideros con la implementación de este concepto.

La opinión extendida entre los actores del sector es que el nivel de desarrollo de funciones propias de una Smart City es el principal factor que ya contribuye al crecimiento del valor inmobiliario de una ciudad. Por poner un ejemplo, según un estudio de la consultora inmobiliaria CBRE, este incremento puede llegar hasta el 8,2 %, por encima de otros factores como el nivel de conectividad del municipio (que se sitúa en un 7,3 %) o de su nivel de urbanización (4,3 %).

De igual manera, el concepto de Smart Cities está cambiando la manera en la que se diseñan las promociones inmobiliarias. Por ejemplo, ahora los nuevos edificios deben tener posibilidad de incorporar la tecnología 5G y conexiones como la fibra óptica ya son tan indispensables como otros servicios tan básicos tradicionalmente como la luz o el agua.

De igual manera, las Smart Cities se basan en desarrollar edificios más sostenibles. Como muestra, se edifica con materiales respetuosos con el medioambiente y reducen el consumo energético. Estos factores los harán más atractivos para los consumidores, tanto un particular que busque comprar una vivienda como una empresa que necesite una oficina o un local industrial que se ajuste a su política de responsabilidad social en el ámbito ambiental.

Si se buscan ejemplos concretos de qué ciudades han desarrollado mejor el concepto de Smart City, una buena fuente es recurrir al ranking Cities in Motion de la escuela de negocios IESE. De acuerdo con este listado, Londres encabeza este listado en 2019, seguida de Nueva York (que fue líder del listado el año anterior) y Ámsterdam.

Entrando más en detalle, este trabajo de IESE también incide el desarrollo por áreas, lo que se puede extrapolar en un mayor desarrollo del sector inmobiliario de estas ciudades. Por ejemplo, Nueva York lidera el ranking de las urbes con un mayor desarrollo económico que impulsan el concepto Smart City. Se trata de un ámbito con un gran peso de Estados Unidos, ya que cuenta con otras seis metrópolis (Los Ángeles, San Francisco, Washington, Dallas, Chicago y Boston) en el top 10 de esta categoría.

Otros aspectos que ayudan a una revalorización inmobiliaria y que recoge el ranking de IESE, es el de planificación urbanística, donde Toronto lidera la clasificación, seguida de Nueva York y Vancouver. Aquí el dominio es para Canadá, además de las dos ciudades citadas, Ottawa (6ª posición) y Montreal (7ª) también están presentes en el top 10.

Un tercer ámbito que puede influir en el valor inmobiliario es el medioambiente. Las ciudades que más fomentan este ámbito gracias a las tecnologías de Smart Cities son Reikiavik, Wellington (Nueva Zelanda) y Copenhague. En este ámbito no hay primacía de ningún estado en el top 10.

Volviendo al informe de CBRE, el estudio ha llegado a esta conclusión analizando el volumen de inversión en tecnologías propias de una Smart City, así como las rentas y precios de los activos inmobiliarios en los diferentes subsectores como, por ejemplo, oficinas, residencias, industrial, logístico…

De igual manera, este crecimiento no afecta por igual a todos los sectores. Por ejemplo, según el estudio de CBRE la parte residencial es la que se ve más beneficiada por este crecimiento del valor que aporta la parte Smart City. En cualquier caso, la opinión extendida entre los expertos es que esta nueva concepción de la ciudad del futuro ha venido para quedarse, y ya empiezan a marcar la evolución del mercado inmobiliario.