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La Asociación ha publicado diversos documentos en los que describe los aspectos tecnológicos de la plataforma, Libra Blockchain, y otros en los que presenta los aspectos organizativos y financieros del proyecto. Estos últimos permiten inferir una serie de consideraciones legales y regulatorias.

Importancia sistémica

La Asociación levantará entre sus miembros actuales y futuros y otros inversores rondas de financiación que invertirá en la llamada Reserva Libra, un conjunto geográficamente diversificado de activos financieros del mundo real, de bajo riesgo y alta liquidez, denominados en divisas oficiales fuertes y estables –fiat-. La Reserva Libra respaldará la emisión y convertibilidad de las Libras que tendrán así, a diferencia de otras criptomonedas, un valor intrínseco y previsiblemente estable, siempre ligado al de la Reserva Libra.

A medida que se difunda y crezca el uso y la demanda de Libras, los adquirentes de la nueva divisa solicitarán su emisión a la Asociación y pagarán por ella en monedas tradicionales con las que se irá nutriendo y creciendo la Reserva Libra, asegurando siempre así que el volumen y valor de las Libras en circulación se corresponde con el de la Reserva Libra. Los tenedores de Libras podrán siempre revenderlas a la Asociación y recibir su valor en fiat con cargo a la Reserva Libre.

La Asociación fomentará que miles de millones de particulares y pymes tengan sus saldos de tesorería en Libras y las usen desde sus smartphones como medio de pago. Así, según este plan, el volumen de Libras en circulación y, por lo tanto, el de la Reserva Libra podrán alcanzar proporciones gigantescas.

Todo ello reposará en la infraestructura tecnológica y en la Reserva Libra cuya titularidad y gestión corresponderá a la Asociación Libra, una organización sin ánimo de lucro establecida en Suiza, que tiene por lo tanto vocación de importancia sistémica global, por utilizar esta expresión común en la regulación financiera internacional.

Cuestiones regulatorias

Los documentos publicados reflejan la conciencia de que la plataforma tecnológica debe ser muy segura y de que la Reserva Libra será gestionada con criterios de diversificación de riesgo y de preservación de valor; sus activos estarán custodiados por una red geográficamente diversificada de entidades solventes.

La Asociación informa de que continuará sus trabajos para completar la construcción y puesta en marcha de la plataforma tecnológica y financiera con vistas a su conclusión y lanzamiento en la primera mitad del año 2020. Los documentos identifican los pasos y acciones pendientes en este sentido.

Entre tales pasos y acciones no se menciona la solicitud y obtención por la Asociación de ninguna autorización por parte de los reguladores y supervisores financieros, ni como infraestructura de mercado, sistema de pagos, gestora de activos ni ninguna otra capacidad.

Y no es que la Asociación no tenga en mente la dimensión regulatoria o de cumplimiento del ecosistema Libra: dice que está comprometida con una fuerte protección del consumidor de productos o servicios financieros y que reconoce que los reguladores encargados de la protección de los consumidores querrán interactuar con las entidades que construyan soluciones o servicios desde la plataforma y los ofrezcan en sus respectivas jurisdicciones.

Pero la Asociación parece referirse aquí a los monederos electrónicos y demás servicios finales que terceros ofrecerán a particulares a través de aplicaciones que se desarrollarán sobre la plataforma. Así, por ejemplo, Facebook ha creado una filial, Calibra, regulada por FinCEN, la autoridad estadounidense, y que será uno de esas numerosas entidades que prestarán servicios finales. Los documentos no se refieren, en cambio, a la plataforma misma ni a la Asociación como emisora de Libras y gestora de la Reserva Libra.

La Asociación también afirma su compromiso con la lucha contra el blanqueo de capitales y pone en valor que la plataforma tecnológica, al ser de tipo blockchain, será públicamente accesible y podrá ser analizada por terceros para detectar y evitar transacciones ilegales.

Tampoco se desarrollan los aspectos que tienen que ver con la protección de datos de carácter personal, aunque se afirma que Calibra ha sido creada para asegurar la separación entre datos sociales y financieros.

¿Mano tendida o desafío?

La Asociación y sus fundadores dicen tener el compromiso de trabajar con las autoridades para configurar un marco regulatorio que fomente la innovación tecnológica y a la vez mantenga altos estándares de protección de los consumidores. También afirman que la colaboración y la innovación con el sector financiero y sus reguladores es la única manera de asegurar la sostenibilidad y seguridad del nuevo sistema.

La Asociación tiende pues la mano a los reguladores, pero no parece que someta su determinación por el lanzamiento de Libra y su infraestructura, y la creación y gestión de la Reserva Libra, a ninguna autorización. Seguiremos observando este y otros de los muchos aspectos legales y regulatorios cuyo desenlace puede ser decisivo de cara al éxito del proyecto Libra.


Rafael González-Gallarza y Luis de la Peña, socios del Departamento de Derecho Mercantil de Garrigues.