La policía o la guardia civil anoche te paró en un control de alcoholemia.
Cuando se acerca el guardia civil en tu cabeza solo piensas “la he cagado, la he cagado”, pero ya es tarde.
Piensas en cambiarte al asiento del copiloto (si vas con alguien), tomarte un chicle, lo que sea, no hay tiempo, el policía se acerca y bajas la ventanilla.
Es una pregunta trampa, si dices la verdad, malo, y si mientes quizá sea peor, por lo tanto, dices una verdad a medias.
Te dan una boquilla de plástico de color blanco envuelta en plástico transparente para que la abras y la introduzcas en el etilómetro.
Soplas, pero no muy fuerte, a ver si así, das menos tasa de alcohol, quizás haya suerte, porque no puedes quedarte sin coche, tienes que poder conducir, tu trabajo, tu familia, quién lleva los niños al colegio…
Diste positivo.
En ese momento se te cae el mundo encima, pero es peor al día siguiente por la mañana.
Tu cabeza no deja de dar vueltas toda la noche, quizás pierdas tu trabajo.
Te maldices 1.000 veces por beber alcohol esa noche, cuando llevas tanto tiempo sin salir, sin tomar nada, y mira ahora, qué mala pata.
Te hacen una o dos pruebas más.
Normalmente el primer etilómetro es de aproximación, luego el segundo es evidencial, sacará dos tickets que serán los que le sirvan al fiscal y al juez para “empapelarte”, para quitarte el carnet, y quizás también de modo indirecto, tu trabajo.
Pero, ya no hay nada que hacer.
Internet, hay que buscar una solución.
Necesito un abogado, no puedo estar así.
Don Google te da montones de resultados cuando buscas “abogado alcohoemia”, “juicio alcoholemia”, “control alcoholemia”….
Y ves el castigo que tiene: artículo 379.2 CP, cárcel de 3 a 6 meses, trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días o multa de 6 a 12 meses.
Y lo que es peor, además de una de esas 3 penas, la retirada del carnet de conducir de 1 a 4 años.
Tierra, trágame.
De smartphone sale humo debido a tus búsquedas.
Deboras todo sobre juicios rápidos por alcoholemia.
Quieres un abogado especialista en alcoholemias, pero no sabes cuál elegir, hay muchos, de todos los colores, sabores y precios.
Piensas en llamar al más barato, pero luego piensas si será buena opción.
Te estás jugando mucho, la orquilla es muy grande, pero debes tomar una decisión.
Llamas a uno y te gusta, o llamas a 3 o a 4 y no te gusta ninguno.
Pero no podrás ir a juicio sin abogado.
Si no contratas uno, el juzgado te va a asignar uno de oficio, el que sea, no podrás cambiarlo, y llegará, posiblemente, 5 minutos antes del juicio rápido.
Si es tu primera vez, sufrirás por la ignorancia y el desconocimiento. No sabes cómo funciona esto y eso te agobia.
Pero es mucho peor si eres reincidente, ya sabes como va, y sabes que el castigo, probablemente, será mucho peor que tu último delito por alcoholemia.
Las posibilidades de prisión están mucho más cerca que la última vez.
Si el policía no te dió la citación en mano ese mismo día del control de alcoholemia, pasarán unos días hasta que te llegue una carta del juzgado.
Todos esos días, en tu mente ha estado presente ese dichoso día que saliste, cada día, cada noche, ¿qué voy a hacer?, igual se perdieron los papeles y no me llaman.
Pero llega el cartero con el “regalito” una citación judicial, para un juzgado concreto, un día concreto a una hora concreta. Y debes ir con letrado.
Si aún no tienes uno, ahora te entran las prisas. Vuelves a google.
Si eres condenado por un delito de alcoholemia, se te van a generar antecedentes penales.
