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Muchas de las conversaciones realizadas a través de sistemas de mensajería instantánea (WhatsApp o Telegram) han sido utilizadas como medio de prueba en juicios.

Actualmente, las comunicaciones digitales como el correo electrónico o la mensajería instantánea son el principal medio de comunicación que existe.

Aunque se borren, modifiquen o editen los mensajes se podrá demostrar que ha existido una comunicación aunque sea más complicado acreditar el contenido.

Para hacer valer en un juicio una conversación de WhatsApp y su contenido como prueba no sólo valdrán fotografías de la misma, sino que deberán ir siempre apoyadas por una validación técnica. Lo mejor es contar con un peritaje informático que acredite que la evidencia electrónica cumple la cadena de custodia y que no ha sido alterada.

Para evitar problemas, una solución es presentar en el Juzgado, ante el Letrado de la Administración de Justicia, el Smartphone en el que se encuentre la conversación para que levante acta del contenido con la transcripción literal de los mensajes. Otra opción es acudir a un notario para que mediante acta de fe pública del contenido y deje claro los números de teléfono correspondientes a las personas que han intervenido en las conversaciones.

Fuente: Antonio Segura Abogados & Gestores

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