¿Te interesa fortalecer tu empresa sin recurrir a fuentes de financiación externa? Una opción eficaz es aumentar el capital social utilizando las reservas acumuladas. Este método no solo mejora la estabilidad financiera de tu empresa, sino que también potencia su capacidad de crecimiento en el mercado.
En este artículo, profundizaremos en el aumento de capital con cargo a reservas (o beneficios) y cómo puede beneficiar a tu negocio. Exploraremos los requisitos legales, el proceso contable necesario y el impacto que esta operación puede tener en la salud financiera de tu empresa. ¡Sigue leyendo para descubrir cómo transformar tus reservas en capital y aprovechar al máximo esta opción de financiamiento!
La capitalización de reservas es un proceso mediante el cual una sociedad decide retener sus beneficios en lugar de distribuirlos entre los socios como dividendos. Estas ganancias retenidas se acumulan y se convierten en reservas, recursos que pueden ser empleados para cubrir necesidades internas de la empresa, como inversiones o, en este caso, un aumento del capital social.
Este procedimiento permite reforzar la estructura financiera de la empresa sin la necesidad de acudir a financiamiento externo, algo que no solo aumenta la solvencia de la sociedad, sino que además mantiene la participación de los socios actual sin diluir sus acciones.
Optar por el aumento de capital con cargo a reservas es, por tanto, una estrategia sólida para fortalecer la posición financiera de tu empresa sin afectar la estructura de propiedad.
El aumento de capital con cargo a reservas, también llamado con cargo a beneficios, es una operación contable que transforma las reservas de la empresa en capital social, mejorando así su estructura financiera y solvencia.
Existen tres formas principales de llevar a cabo esta ampliación de capital:
La Ley de Sociedades de Capital contempla esta modalidad de aumento de capital, regulándola bajo ciertos requisitos específicos. Esta operación se considera una herramienta de financiamiento interno valiosa, ya que permite incrementar los fondos propios de la empresa sin necesidad de recurrir a aportes externos.
Generalmente, la propuesta de ampliación de capital es presentada a la junta de accionistas por el Consejo de Administración o por el administrador único. Sin embargo, cualquier accionista que posea al menos el 5% de la propiedad puede solicitar una junta para proponer su propia iniciativa de ampliación del capital social.
Cuando el aumento de capital se realiza utilizando reservas, pueden emplearse distintas fuentes de reserva como:
Un aspecto importante de esta operación es que no implica una distribución de beneficios entre los socios, ya que sus participaciones no cambian. Al realizar el aumento de capital, simplemente se incrementa la garantía para terceros, mejorando la solidez financiera de la empresa sin modificar el reparto de la propiedad.
Para efectuar esta operación, es necesario cumplir con ciertos requisitos, entre los que destaca la existencia de un balance aprobado por la junta general. Este balance debe tener una antigüedad máxima de seis meses con respecto a la fecha del acuerdo de aumento de capital. Además, el balance debe estar verificado por el auditor de cuentas de la sociedad o, en caso de no tener auditor, por uno designado por el Registro Mercantil a petición de los administradores.