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Con el artículo de hoy, se finaliza la última parte dedicada a la llegada del crowdfunding al ladrillo o crowdfunding inmobiliario (micromecenazgo colectivo). Tradicionalmente, la inversión inmobiliaria siempre ha aportado rentabilidades altas pero era un mercado restringido a grandes capitales. El crowdfunding inmobiliario es una forma de invertir completamente nueva en España aunque no en otros países (Estados Unidos, Inglaterra) donde esta vía de financiación está más desarrollada.

Funcionamiento

El crowdfunding inmobiliario consiste, según estas plataformas de pequeña inversión colectiva inmobiliaria, en buscar inmuebles en barrios donde conseguir un inquilino sea fácil y sencillo y donde la posterior comercialización sea rápida y rentable (Madrid, Barcelona, … cuyo mercado inmobiliario está al alza y hay una elevada demanda de alquiler). El objetivo final siempre es la venta, es decir, se fija un objetivo de revalorización del inmueble y cuando se consigue se vende, independientemente del tiempo que haya transcurrido desde que fue comprado.

Los ingresos mensuales se obtienen a partir del arrendamiento del bien inmueble, más una plusvalía resultante de la futura venta. Los arrendadores son los propios inversores que, a su vez, son los propietarios de la sociedad limitada que se crea para proceder a la compraventa del bien. Así, el particular recibe la parte proporcional de su ganancia procedente del alquiler mensual en su cuenta de la plataforma y puede transferir este dinero a su cuenta habitual sin coste. Después, cuando se vende el inmueble, recibe su parte.

Límites en la inversión

El propio inversor decide en qué inmuebles desea invertir (naves industriales, oficinas, locales, viviendas, …) así como diversificar en diferentes inmuebles para minimizar riesgos. Ahora bien, existen límites los cuales vienen fijados por la ley. Baste recordar lo explicado en la primera parte de este artículo y al cual nos remitimos: cuando los inversores no son acreditados tienen un límite de 3.000 euros por proyecto.

La aportación media es de 1.500 euros y se reparte entre varias propiedades para diversificar la cartera.

Riesgos y rentabilidades

Aunque hay bienes físicos que respaldan la inversión y la ubicación de éstos suele ser buena, la posibilidad de perder el capital, aunque sea poco probable, existe por lo que sería aconsejable un asesoramiento previo y controlar los tempos de la misma.  

Las rentabilidades por el alquiler y venta de los pisos alcanzan hasta el 70% en 5 años.