La Directiva FASTER, adoptada en diciembre de 2024, busca agilizar la devolución de impuestos retenidos en exceso en la UE. Incluye certificados digitales de residencia fiscal (CDRF), devoluciones aceleradas en 60 días y nuevas obligaciones de reporte para prevenir abusos fiscales. Los Estados miembros deberán implementarla antes de 2028. Esta medida mejora la eficiencia y transparencia de los mercados financieros, beneficiando a empresas al simplificar procesos y reducir costes administrativos.
Objetivos principales
¿Quiénes deben cumplir con la directiva?
Puntos clave
Impacto de la Directiva
La Directiva FASTER impulsa la eficiencia en los mercados financieros de la Unión Europea al reducir los costes administrativos y acelerar los tiempos asociados a la devolución de impuestos retenidos. Esto simplifica trámites que tradicionalmente resultaban complejos y prolongados, fomentando un entorno financiero más dinámico y accesible para los distintos actores económicos.
Además, la Directiva refuerza la seguridad y la transparencia de los procedimientos al establecer normas claras y obligaciones de reporte más estrictas, minimizando así los riesgos de fraude y prácticas abusivas. Este enfoque no solo protege los intereses de los Estados miembros, sino que también aumenta la confianza en los mercados de capitales europeos.
Aunque técnica, esta iniciativa representa un paso clave hacia un sistema fiscal más competitivo, eficiente y alineado con las necesidades de un mercado en constante transformación.
Importancia para las empresas
Las empresas deben prestar atención a este tipo de directivas, ya que tienen un impacto directo en la gestión fiscal y financiera de sus operaciones transfronterizas. Anticiparse a los cambios y adaptar sus sistemas a las nuevas exigencias permitirá optimizar sus recursos, evitar retrasos en la recuperación de impuestos y garantizar el cumplimiento normativo en un entorno cada vez más competitivo y regulado.