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En un momento como en el que nos encontramos, en el que la obtención de información en Internet se basa esencialmente en el uso de motores de búsqueda cada vez más eficientes, parecería que un elemento como los nombres de dominio debería vivir una creciente decadencia. En este contexto, los dominios podrían parecer un elemento más propio de los primeros tiempos de la red que de un entorno tan automatizado como el actual ¿Podríamos entonces empezar a entonar el réquiem por los dominios? Las estadísticas nos indican todo lo contrario.

Atendiendo a los registros de nombres de dominio que se dan en la actualidad, se puede asegurar que los dominios gozan de muy buena salud y que, en lugar de menguar, están creciendo de forma sostenida y continua. En este sentido, según confirma Verisign en sus informes comerciales más recientes, parecería que a día de hoy se habrían superado los 300 millones de dominios registrados, incrementando en más de 12 millones la cifra total de dominios existentes a finales de 2014.

De un modo parecido, de acuerdo con la información publicada en el blog TheDomains.com, solo en un día (concretamente, el 18 de febrero de 2016) se habría producido un incremento neto de registros superior a 750.000.

De esas magnitudes se pueden extraer algunas conclusiones interesantes:

  • Una de las leyendas que más han circulado alrededor del lanzamiento de los nuevos dominios genéricos (gTLDs) es que su introducción implicaría un descenso de las categorías tradicionales y, en particular, del clásico .COM. Las estadísticas, de nuevo, demuestran todo lo contrario. De acuerdo con la información hecha pública por Verisign -sociedad encargada de la gestión del registro de dominios .COM- a mediados de febrero esta categoría habría superado los 125 millones de registros, consolidándose como el referente esencial en el mercado de los dominios. Debe tenerse en cuenta que ese crecimiento se habría producido en pleno proceso de lanzamiento de los nuevos gTLDs, a pesar de lo cual los dominios .COM habrían ido escalando en su crecimiento (pasando de 112 millones en enero de 2014, a 115,6 millones a finales del mismo año, hasta los casi 124 millones reportados a enero de 2014, según se indicó en TheDomains.com).
  • El crecimiento de los .COM no ha supuesto un freno a la implantación de los nuevos gTLDs. Al contrario, algunas de estas nuevas categorías está teniendo un éxito más que destacable. Así, por ejemplo, atendiendo a la información disponible en el sitio web RegistrarStats.com, el dominio .XYZ ya cuenta con casi 2,5 millones de registros, habiendo superado a categorías mucho más veteranas como .BIZ. En un sentido parecido, los dominios .CLUB (de lanzamiento más reciente que los .XYZ) ya habrían superado a gTLDs tan conocidos como .MOBI, contando con casi 700.000 registros.
  • Algunos dominios territoriales (ccTLDs) se han apuntado a esta ola de crecimiento. Cabe citar como ejemplo los dominios .ME (correspondientes a Montenegro, si bien actualmente se están comercializando también en su acepción "genérica" -al poderse alinear con el término "me" ("yo" en inglés)-), cuyo número de registros en 2015 se ha incrementado en un 28%, superando el millón.

Como último mito a superar, podría pensarse que este crecimiento ha implicado un aumento proporcional en el número de conflictos vinculados al registro y uso de nombres de dominio. Una vez más las estadísticas parecen descartar esta posibilidad.

Si se analiza la información publicada por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) respecto al número de procedimientos de resolución de disputas referidas a nombres de dominio gestionadas, se puede constatar que no se ha producido en absoluto un aumento destacable de este tipo de disputas. Así, en 2015 se gestionaron 2.754 procedimientos, solamente 120 más que en 2014 (año en el que se dieron 2.634 procedimientos) o 58 más que en 2010 (año en el que se gestionaron 2.696 procedimientos).

Atendiendo a todo lo anterior, parece claro que los nombres de dominio, lejos de haber entrado en su declive, están viviendo una segunda juventud, con unos niveles de crecimiento dignos de destacar. Si a ello le sumamos el mantenimiento en los niveles de conflicto vinculados a ellos, no puede sino augurarse un brillante futuro a esos viejos conocidos que son los dominios.

Autor: Albert Agustinoy Guilayn