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Como cada 7 de julio, las calles de Pamplona se han llenado con la algarabía propia del primero de los ocho encierros que se celebran en las fiestas en honor a San Fermín. No obstante, la edición de este año estará marcada por la ausencia de uno de los incondicionales del universo sanferminero: Mikel Urmeneta.

Y es que el Juzgado de lo Mercantil nº 1 de Pamplona ha dictado un auto de medidas cautelares que prohíbe a Urmeneta y a otros demandados la reproducción, distribución, comunicación pública y modificación de las obras que conforman el sello “Kukuxumusu” (en vasco, beso de pulga), y en el que, asimismo, se les obliga a retirar provisionalmente del mercado los artículos en los que se hayan incluido las citadas obras.

El conflicto se remonta al año 2014, cuando Urmeneta y su socio Ricardo Bermejo (propietarios, respectivamente, del 33% y el 66% de Kukuxumusu Ideas SL) acordaron la cesión de los derechos de explotación sobre las obras integradas en el sello “Kukuxumusu”. Tras esa cesión, provocada por los problemas financieros que afrontaba Kukuxumusu Ideas SL, la relación entre los dos socios se fue tensando hasta que Urmeneta acabó abandonando la sociedad. A pesar de ello, y según se desprende del auto dictado por el Juzgado de lo Mercantil nº 1, Urmeneta habría estado reproduciendo y comercializando los diseños cedidos a Bermejo a través de la nueva iniciativa empresarial que lanzó el pasado mes de enero, “Katuki Saguyaki”.

Lo cierto es que Urmeneta no podrá vender los característicos dibujos del sello “Kukuxumusu” durante las fiestas de San Fermín, una de las principales campañas de venta para dichas obras y acontecimiento que vio nacer el sello en 1989.

Daniel Urbán