La jubilación flexible es una nueva figura que permite a los pensionistas de la Seguridad Social realizar un trabajo remunerado a tiempo parcial. Este tipo de jubilación se caracteriza por ser compatible con el cobro de la pensión de jubilación y con la misma situación de jubilado, por lo que no habrá que renunciar a ninguno de los beneficios de dicha situación.
El nuevo trabajo a tiempo parcial puede tener una jornada de entre el 50 y el 75% de una jornada completa. El porcentaje restante es lo que se seguirá cobrando de pensión por los años cotizados, teniendo así un sueldo completo. Esta nueva forma responde a las eternas preguntas: ¿se puede trabajar estando jubilado? ¿un jubilado puede trabajar? Sí, con una serie de requisitos.
Para calcular cuál es la jornada completa en un centro de trabajo, se tendrá como referencia a otro trabajador que haga el mismo trabajo o en caso de que no lo hubiera al máximo aplicable según el convenio colectivo correspondiente. Se trata de una manera muy interesante para aquellas personas que no han podido dedicarse profesionalmente a algún sector que les apasione y que tienen la oportunidad de hacerlo gracias a este nuevo tipo de jubilación con una jornada parcial.
Una vez informados de qué es la jubilación flexible, hay tres requisitos fundamentales para poder solicitarla que hay que conocer:
Para hacer los trámites de la jubilación flexible tendremos que comunicar previamente a la Seguridad Social la nueva situación. Para ello, debemos acudir a la oficina que nos corresponda o realizar la comunicación telemática. Es importante resaltar que se trata de un procedimiento previo a la firma del nuevo contrato de trabajo.
Un pensionista puede trabajar, por tanto, y aunque es compatible con las prestaciones de incapacidad temporal o de maternidad, se trata de una figura incompatible con la incapacidad permanente.
La mayor de entre las ventajas de la jubilación flexible es la compatibilización de la pensión que nos corresponda con un trabajo a tiempo parcial. De esta forma no tendremos que renunciar a la pensión, sino que nos servirá como complemento mientras trabajamos en una jornada reducida, más acorde a nuestra nueva situación.
Igualmente, tenemos que tener en cuenta que, tras terminar nuestro periodo de jubilación flexible, el periodo cotizado durante la misma se tendrá en cuenta a la hora de calcular nuestra nueva base imponible.
Por ello, la jubilación flexible se convierte también en una opción muy recomendable para aquellos que quieran mejorar la misma y conseguir una pensión más elevada. En los casos en los que la jubilación hubiese dado pie a coeficientes reductores, con este tipo de jubilación se pueden reducir o incluso suprimir por completo.
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