Hace un año ya advertimos de la exigencia de poner la máxima atención en la necesidad de que los no residentes -ya sean personas físicas o jurídicas- se doten de un Número de Identificación Fiscal NIF (las jurídicas) o de un Número de Identificación de Extranjero NIE (las personas físicas), cuando realicen negocios o mantengan relaciones económicas con personas físicas o jurídicas residentes en España y, en consecuencia, realicen operaciones de naturaleza o con trascendencia tributaria. Por lo tanto, dicho Número se precisará y será requerido sea cual sea la actividad o diligencia que se pretenda.
Ello incluye la actuación como socios o administradores de sociedades españolas, para el otorgamiento de escrituras de compraventa de inmuebles y en general, para poder realizar cualquier tipo de transacción económica en territorio español; incluso para abrir una cuenta bancaria.
El NIF de una persona jurídica se solicitará en una Delegación de Hacienda en España. Para expedir el NIF, Hacienda requiere el nombramiento de una persona, que ha de ser residente en España, y que actuará como representante de la entidad extranjera frente a Hacienda para que ésta pueda tramitar y notificar todos los expedientes a dicho representante.
Si el inversor es una persona jurídica, hay que encargar este trámite a alguien en España apoderándole especialmente para ello, pues los Consulados de España sólo tramitan el NIE para personas físicas.
Las personas físicas pueden solicitar el NIE en los Consulados de España que han informatizado el trámite, debiendo declarar el motivo por el que se pide. Solicitar el NIE directamente en España, ya sea directamente o mediante apoderado (puesto que no se hace ante Hacienda sino ante la Policía) puede suponer una espera considerable para ser recibido por cita previa obligatoria.
Por lo tanto, recomendamos a todos aquellos no residentes que prevean la posibilidad de realizar cualquier operación, ya sea por si mismo o en representación de una sociedad, que se lleve a cabo este trámite con la suficiente antelación para evitar posteriores dilaciones.
