Todos los que hemos estudiado o hemos tenido que coger apuntes sabemos qué importante era ser rápido al escribir. Sin embargo, desde la perspectiva de la Grafología, la velocidad de la escritura es clave por la información que nos aporta sobre su autor. Nos dice mucho más de ti de lo que imaginas. ¡Sorpréndete!
No hay dos personas que escriban igual, ¡tampoco que lo hagan con la misma rapidez! Y es lógico, porque la velocidad de escritura no solo tiene que ver con tu destreza para realizar los trazos. La escritura es un proceso complejo en el que intervienen distintas áreas de nuestro cerebro. Por eso, en general, alguien que escribe rápido, también “piensa” rápido.
Pero, no es tan simple como identificar la escritura lenta con una persona más torpe y la más rápida con una mayor inteligencia. La velocidad de la escritura sirve para determinar la capacidad de adaptación a un nuevo entorno, la habilidad para relacionarse en distintos entornos o el perfil de su conducta (flexible o rígida). De forma muy esquemática podemos clasificar 5 tipos de velocidad de escritura ligadas a unas características del individuo:
Cronometrar la velocidad de la escritura no es fácil. La prueba más común es escribir sobre una hoja en blanco repetidamente la frase que previamente ha elegido la persona hasta que se cumpla el tiempo pactado. Y, decimos que no es sencillo porque los grafólogos debemos tener en cuenta no solo la rapidez, sino el grado de constancia y la cadencia; es decir, en cuál de las tres zonas de la escritura se es más veloz. También tenemos que valorar la continuidad, la cohesión y el desplazamiento lineal en relación con la rapidez de la escritura.
Ya ves, no solo la forma, el tamaño o la presión son cualidades que nos aportan información a los grafólogos o peritos calígrafos. ¡La velocidad de escritura es esencial para determinar tanto la autoría de un escrito como rasgos de tu personalidad! En Peritos Calígrafos Judicial, desde luego, es uno de los elementos que analizamos para realizar nuestros informes.