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La situación actual que tiene en jaque al país entero, así como a gran parte de la población mundial, derivada de la expansión del COVID-19, está teniendo también su impacto en las comunicaciones vertidas en redes sociales y distintos medios de comunicación. Pese a lo sorprendente que pueda resultar, ciertos actores del mercado pueden estar tratando de aprovechar la situación derivada de la pandemia para hacer publicidad relacionada con su marca.

En un intento de evitar que se propague información promocional no veraz, diferentes intermediarios de la sociedad de la información, como Facebook y Google, han optado por prohibir anuncios que hagan referencia al referido coronavirus prometiendo una cura o su prevención, así como los que creen una sensación de alarma o de urgencia sobre el virus. En este sentido, han prohibido temporalmente los anuncios de mascarillas, cuya proliferación en ventas ha sido exponencial desde la expansión del COVID-19 hasta el punto de haber provocado escasez para el personal sanitario.

Del mismo modo, se están tomando medidas para eliminar publicaciones relacionadas con el COVID-19 que no sean estrictamente veraces y/o que causen una mayor alarma social. Twitter ha actualizado su política de seguridad para prohibir tweets que puedan contribuir a la expansión del COVID-19 ya sea porque niegan la orientación de los expertos sobre el virus o porque se hacen pasar por autoridades sanitarias. Así, por ejemplo, un tweet que niegue la efectividad del distanciamiento social sería eliminado, así como aquellos que analicen los síntomas o animen a romper la cuarentena.

Por su parte, las autoridades europeas empiezan a tomar medidas contra empresas que pretendan aumentar su impacto gracias al COVID-19. Es el caso de la autoridad holandesa reguladora del juego online (la “KSA”), quien ha tenido que apercibir a diferentes operadores por publicitarse mediante frases promocionales que incluían referencias al virus (por ejemplo, “Juego sin coronavirus”) por considerarlas contrarias a la ley reguladora de juegos de azar en los Países Bajos. No obstante, la KSA ha matizado en su comunicado que las comunicaciones que se realicen para notificar el aplazamiento de sorteos o concursos a causa del virus no se considerará publicidad.

También relacionado con la comunicación en tiempos del COVID-19, el Real Decreto 463/2020, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19 (sobre el que ya informamos la semana pasada en nuestro blog) prevé en su artículo 19 la obligación de los medios de comunicación públicos o privados de insertar anuncios, mensajes y comunicaciones que las autoridades públicas consideren necesario emitir. Por ello, se podrá ordenar la emisión de las comunicaciones que las autoridades delegadas competentes, las administraciones autonómicas y las locales consideren necesarias para gestionar la crisis derivada del COVID-19.

Por último, conviene traer a colación la prohibición de explotar el miedo para la promoción y publicidad de productos o servicios. En efecto, el Código Internacional de Prácticas Publicitarias de la Cámara Internacional de Comercio establece que el mensaje comercial no debe, sin razón justificada, aprovecharse del miedo o explotar el infortunio ni el sufrimiento. En el mismo sentido se pronuncia el Código de Conducta Publicitaria de Autocontrol. Conviene reflexionar, por tanto, sobre si las comunicaciones comerciales realizadas en el marco de la expansión del COVID-19, cualquiera que fuera su forma, contravendrían estos principios en la medida en que se vinculen al virus que, sin lugar a duda, tiene en vilo al mundo entero.

Alicia Costas Graduada