Éste caso se ha ganado en el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, después de que los juzgados de lo Social desestimaran nuestra demanda. El Tribunal nos dio la razón estimando el recurso de suplicación frente a la sentencia en primera instancia.
Nuestro cliente era conductor. Tenía diagnosticada trastorno de abuso del alcohol, además de un trastorno depresivo moderado.
El conjunto de éstas enfermedades le impedía realizar todo tipo de actividad laboral o, en su detrimento, su profesión habitual. Presentamos la solicitud ante el INSS que, como en la mayoría de casos, fue desestimada.
El dictamen médico del ICAM (Tribunal Médico) indicaba que nuestro cliente padece unas patologías no incapacitantes, aún a sabiendas de que le fue reconocido un 66% de discapacidad por el Departament de Benestar i Família en julio del 2015.
Ante esta situación presentamos reclamación previa ante el INSS que denegó nuevamente, tras lo que presentamos demanda judicial.
La demanda se repartió en el Juzgado de lo Social nº 3 de Barcelona que tras la celebración del juicio dictó Sentencia desestimando nuestra demanda en todos sus peticiones. El magistrado entendió que el cuadro patológico de nuestro cliente no le incapacitaba para trabajar.
El Tribunal estimó nuestro recurso de suplicación y declara al cliente en grado de incapacidad total, dado a que el conjunto de las patologías que padece le imposibilitan funcionalmente para el desarrollo de su trabajo como conductor.
Tal y como alegamos en nuestro recurso el clienta acreditaba el seguimiento y la limitación de sus enfermedades para su profesión habitual, estimando así en parte nuestro recurso.
“[…] la Sala le reconoce una IPT para su profesión habitual de conductor por el peligro que presenta para él mismo y para terceros en la conducción de vehículos...”.
