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En los artículos anteriores de la presente serie (ver aquí y aquí) hemos expuesto las razones y desventajas, sobre todo para los fundadores, de la dependencia de las startups del capital como única fuente de financiación, así como las ventajas que tendría para ellas la deuda. Hemos descrito también lo favorable del entorno para propiciar vías de endeudamiento. Vimos por último la dificultad de ofrecer recetas generales para levantar deuda y algunas vías que no parecen demasiado prometedoras para las startups como la banca comercial y sus canales habituales y las emisiones de bonos convencionales. Veremos ahora una primera forma de endeudamiento que sí puede abrirse camino.

El ‘venture debt’: presente en los EEUU e incipiente en Europa

En Estados Unidos existen, sin embargo, bancos que prestan regularmente a startups. Es el caso de Silicon Valley Bank, Comerica, PacWest, Western Technology Investment y otros. Estos bancos aprovechan estas operaciones para ofrecer a las startups servicios de otro tipo, incluso de banca personal a fundadores y a ejecutivos. A medida que el sector y cada empresa crece, el banco amplía su negocio e introduce productos de banca de empresas más convencionales.

En este artículo veremos cómo es esto posible.

Este fenómeno, conocido como venture debt, no es totalmente desconocido en Europa donde aparecen fondos especializados. Un ejemplo ellos es el fondo Kreos Capital, activo en Europa e Israel. El quinto fondo de esta gestora se cerró en 2013 con un capital comprometido de 240 millones de euros que presta a empresas tecnológicas high growth. Aunque este fondo aparece citado por diversas fuentes en el contexto del venture debt desconocemos si la mayor parte de sus operaciones corresponden a esta categoría en los términos en los que la hemos descrito.

En Europa, en cambio, los bancos comerciales no parecen activos en este producto. Supimos, sin embargo, que Barclays se lanzó al venture debt en 2016/2017, aunque lo hizo a través de un fondo que promovió con un tamaño de 200 millones de euros. La banca comercial europea está generalmente ausente aquí ya sea por desconocimiento, aversión al producto o falta de tamaño del mercado.

Sin embargo, el ecosistema de empresas respaldadas por fondos de venture capital (VCs) (requisito, como veremos, normalmente necesario para acceder a este tipo de financiación) tiende a crecer, por lo que esta última razón no podrá ser la primordial. Hay en Europa muchos VCs con apetito y la lógica y dinámica de las rondas es no dejar caer a la compañía para no perder lo invertido y cosechar lo sembrado, hasta la venta o IPO. Ese es un telón de fondo contra el que es muy concebible prestar dinero.

La ‘venture debt’ se repaga generalmente con el producto de las rondas de capital

Los préstamos venture debt se conceden una vez que la empresa ha obtenido el respaldo de uno o más VCs, y a la espera y en la confianza de que seguirán otras rondas de inversión y, finalmente, una salida en forma de venta o IPO. No se presta, por lo tanto, contra ingresos ni contra activos; estas startups ni siquiera facturan regularmente: de hecho, suele decirse que lo que realmente importa a los proveedores de venture debt es la identidad de los VC’s que han invertido en la sociedad deudora y no tanto su modelo de negocio y garantías de repago. El acreedor verá su préstamo devuelto en el momento de la venta de la startup o con el producto de la siguiente ronda de financiación de ésta (o aceptará refinanciarlo a la vista del respaldo constatado y la confianza en rondas posteriores).

Un coste de financiación más bajo que el del ‘equity’

El tipo de interés de estos de préstamos es sustancialmente más alto que el ofrecido por la banca tradicional, situándose fácilmente por encima del 10% anual (no olvidemos que el riesgo asumido por el acreedor, a la luz del perfil del deudor, es sustancialmente más alto de lo habitual).

El venture debt consiste, pues, en préstamos puente a la espera de concluir la siguiente ronda o en la confianza de que sucederán otras, o incluso la venta final de la empresa o una salida a bolsa de la misma: así, son líneas, incluso de medio plazo, que no solo anticipan, sino que sustituyen en parte a las aportaciones de capital. Son senior respecto del capital y ello permite a los prestamistas ofrecer tipos y comisiones que, aun siendo más altos que los de la banca tradicional, son más económicos que el coste de capital de los inversores.

Ahora bien, suelen incorporar un warrant que da la opción al financiador de suscribir un número de acciones determinado a un precio prefijado (normalmente el importe total a suscribir será equivalente a un pequeño porcentaje del principal del préstamo otorgado y el precio unitario de suscripción será el precio por acción de la ronda inmediatamente anterior a la suscripción de la financiación venture debt). De este modo, además de la pura remuneración del capital inherente al préstamo, el proveedor de venture debt obtiene un rendimiento adicional, en ocasiones no menor, por la diferencia entre el precio por acción en el momento de la venta o salida a bolsa de la sociedad y su coste de adquisición.

Con todo, el conjunto es bastante menos diluyente para los fundadores y los primeros inversores que si todo se financiase con capital.

Los préstamos gozan de garantías reales otorgadas por la propia ‘startup’

Estos préstamos tienen, en la mayoría de los casos, garantías reales (típicamente sobre la propiedad intelectual e industrial de la empresa) y pueden coexistir prestamistas senior y junior entre sí. Ahora bien, todo ello se ofrece de manera estándar desde las páginas web de estos bancos y los costes de transacción, aun siendo más altos que en las financiaciones tradicionales, son asumibles.

Ir más allá del ‘venture debt’

El venture debt se acerca mucho a una financiación puente hasta la consumación de las siguientes rondas de capital o la venta o salida a bolsa y, por lo tanto, no es una fórmula autónoma e independiente. Ningún proveedor de deuda es indiferente ante los niveles de capital de la empresa deudora, pero es preferible que las soluciones que ofrezca estén lo menos condicionadas posible a la obtención o mantenimiento de altos niveles de capital. Debemos por lo tanto explorar fórmulas que vayan más allá y se distancien más de las rondas y que permitan reducirlas.

Ha surgido, de hecho, muy recientemente una nueva empresa, llamada Uncapped, que anuncia que su actividad es conceder préstamos a startups sin interés, aunque con una comisión equivalente a un porcentaje del préstamo. La empresa prestamista dice realizar una predicción de ingresos de su cliente y el calendario de amortización del préstamo se acompasa a esa predicción. Sería pues un primer ejemplo interesante que podría acercarse a los que desarrollamos en los próximos artículos de esta serie ya que Uncapped parece poner el foco, no en las futuras rondas de capital, sino en los ingresos esperados de la startup. Véase aquí la página web de Uncapped.

Nuestros siguientes artículos sugerirán nuevas fórmulas de endeudamiento, distintas del venture debt, con sus requisitos y características.

Autor:
Rafael González-Gallarza y Alex Pujol, socios del Departamento Mercantil de Garrigues.