Desgraciadamente, la discriminación laboral sigue siendo un problema en España y en el resto del mundo. Con esto queremos decir que hay personas que tienen más dificultades para acceder al mercado de trabajo o para cobrar lo mismo en función de su raza, sexo o etnia, por ejemplo.
Pero ¿cómo define la ley la discriminación en el trabajo y qué tipos existen?, estas son las dos cuestiones que aquí trataremos de abordar.
El artículo 17 del Estatuto de los Trabajadores gira en torno a la discriminación en el trabajo y a la garantía de indemnidad. En concreto, afirma que los empresarios tienen la obligación de pagar a sus empleados las mismas retribuciones por la realización de trabajos de igual valor, sin importar si se satisface de forma directa o indirecta.
Hay muchos ejemplos de discriminación laboral que podemos poner para ilustrar esta definición. Sería el caso, por ejemplo, de una mujer que es despedida una vez que informa a su empresa de que se ha quedado embarazada. También lo sería si a esta empleada se le impide ascender dentro del organigrama de la organización o si se le paga menos que a los hombres que desempeñan funciones idénticas a las suyas.
Por su parte, también podríamos definir como discriminación rechazar a un candidato a un puesto o despedirle si ya se le ha contratado por cuestiones relacionadas con su ideología política.
Anteriormente hemos citado dos. La primera de ellas fue la discriminación por sexo, que lleva a las mujeres a cobrar menos que los hombres o a ser despedidas cuando se quedan embarazadas. Algo para lo que, por ejemplo, se ha igualado la duración de los permisos de maternidad y paternidad (16 semanas). Incluso se prevé su ampliación en el futuro.
La otra es la ideología política, es decir, ofrecer un trato desigual en el trabajo a una persona por el mero hecho de manifestar su forma de pensar. Sin embargo, hay otras maneras de discriminación que no debemos obviar:
Además, la ley también prevé que una persona pueda ser discriminada en su puesto de trabajo a causa de otras circunstancias, como puede haber sido la de sufrir una enfermedad común o profesional.
La ley de igualdad de trato y no discriminación (Ley 15/2022, de 12 de julio), más conocida popularmente como “ley Zerolo” en honor a su principal impulsor, Pedro Zerolo, establece que existen varios tipos de discriminación en el ámbito de las relaciones laborales. Eso sí, esto no implica que unos tengan mayor o menor relevancia que los demás. Vamos a verlos:
Desde hace años, todos los legisladores tratan de conseguir la igualdad laboral entre empleados, aunque todavía queda mucho para conseguirla de forma efectiva. El ejemplo más claro es el de la discriminación salarial entre trabajadores de distinto sexo.
Por ejemplo, el Instituto Nacional de Estadística afirma que las mujeres cobran, de media, un 16 % menos que los hombres por la realización del mismo trabajo. Un porcentaje que se traduce en, aproximadamente, 360 euros mensuales.
En cualquier caso, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), todos los negocios deben poner en práctica una serie de acciones con el propósito de combatir la discriminación laboral. En concreto, habla de seis:
Cualquier trabajador que entienda que está siendo víctima de discriminación puede presentar una demanda contra su empleador si lo estima conveniente. Eso sí, deberá probar que esta circunstancias se está produciendo, para lo cual deberá hacer entrega al juez de todas las evidencias de las que disponga.
Pero ¿de qué evidencias estamos hablando?, no hay nada escrito con precisión al respecto. Los jueces suelen tener en consideración aquellas pruebas presentadas en forma de mensajes de correo electrónico o conversaciones de chat en las que se aprecia que un superior o un compañero lleva a cabo una actitud discriminatoria.
Asimismo, también son válidas las declaraciones de testigos que hayan presenciado las actitudes discriminatorias, como puede ser un compañero de trabajo. Las grabaciones de las cámaras de seguridad, especialmente si ha habido acoso o agresión, también pueden ser tenidas en cuenta.
En definitiva, la discriminación laboral sigue siendo un problema, a pesar de que tanto la Constitución Española como el Estatuto de los Trabajadores tratan de garantizar la igualdad entre hombres y mujeres sin importar su edad, religión, raza o etnia. Este es el motivo por el que es necesario seguir combatiéndola y poniendo en manos de los empleados las herramientas necesarias para ello.