Los españoles siempre hemos pensado que somos diferentes, incluso entre los países industrializados más desarrollados a los que se supone pertenecemos. Es una reflexión que podemos ver reflejada en nuestras marcas renombradas si las comparamos con las más reconocidas a nivel mundial.
Interbrand ha publicado la lista de las marcas más renombradas y, por lo tanto, más valiosas a nivel mundial para el año 2023. Y también ha hecho lo propio con las marcas españolas, entre las que ZARA destaca como una de las 100 primeras del mundo —algo que lleva ocurriendo desde hace más de diez años.
Las cuatro marcas más relevantes son estadounidenses:
Seguidas de la coreana Samsung. El elemento común está claro: en la era de la tecnología, inevitablemente las primeras marcas del mundo son claramente tecnológicas.
Top 10 de marcas a nivel internacional, según Interbrand
Por el contrario, el perfil de las cinco primeras marcas españolas es completamente diferente, puesto que por orden de valoración económica nos encontramos con:
Esto implica que, salvo la excepción de ZARA —que juega en otra liga—, sólo Movistar tiene un perfil claramente tecnológico. Las otras tres marcas restantes son las de nuestro sector bancario más reconocido nacional e internacional.
Top 10 de marcas españolas, según Interbrand
Esto nos da qué pensar: ¿Es España un país con perfil tecnológico? ¿O es que somos muy buenos en otros perfiles, en lugar del perfil al que tienden las grandes multinacionales? Parece como si el consumidor español no se preocupara por dar relevancia a la tecnología española y acabara comprando marcas que le merecen más garantía, las de más allá de nuestras fronteras.
Lo cierto es que las marcas de más renombre español en el mundo, aparte del sector bancario, parecen decantarse por la imagen o por la diversión. Este es el caso de ZARA, pero también el del fútbol, con marcas como el Real Madrid o el Fútbol Club Barcelona.
Mención aparte merecen nuestra marcas relacionadas con el consumo y el ocio como ocurre con el sector agroalimentario, es decir, el de la fabricación de alimentos/bebidas. Por ejemplo, Cruzcampo no deja de crecer y ya se sitúa entre las 30 primeras marcas españolas. Y es que ya no solo se identifica con el sabor que queremos los españoles, sino que goza de un mayor índice de exportación más allá de nuestras fronteras, algo que sigue creciendo gracias al turismo, lo que es una buena noticia.
Sintámonos orgullosos de nuestras marcas, que no son sino producto del buen hacer y del esfuerzo de muchos profesionales que día a día hacen de nuestro país un lugar más reconocido en el mundo.
Autor: Rafael Jiménez Díaz
