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La Unión Europa es reconocida por ser pionera en el enfoque de protección de datos de sus ciudadanos: el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) se marcó como objetivo garantizar la transparencia, la seguridad y la privacidad en el tratamiento de datos, además de instaurar el enfoque basado en el riesgo y la responsabilidad proactiva en las organizaciones.

Más de cinco años después, esta normativa no solo ha calado en las organizaciones, también en la percepción de los ciudadanos europeos, altamente concienciados sobre la importancia de la privacidad de sus datos. Especialmente a raíz de la amplia difusión que se ha hecho desde las autoridades y diferentes compañías en torno la relevancia y alcance del RGPD, o la cobertura de noticias vinculadas con infracciones, investigaciones o multas por el incorrecto tratamiento de datos, según el informe Responsible data use at a crossroads: European citizen’s perspective on privacy’, elaborado por KPMG en base a una encuesta realizada a más de 9.700 ciudadanos europeos, más de 500 de ellos españoles.

Aunque mantener altos estándares de privacidad puede suponer a priori un esfuerzo y un reto, en la medida que los ciudadanos cada vez dan más importancia y valoran su privacidad, este esfuerzo se convierte en una ventaja competitiva.

Javier Aznar, Socio de Technology Risk de KPMG en España: “A los ciudadanos no solo les preocupa la seguridad de sus datos, también quieren ser informados correctamente sobre cómo se utilizan”, explica Javier Aznar, socio de Technology Risk de KPMG en España. De este modo, las empresas han de abordar la privacidad no solo desde la perspectiva del cumplimiento normativo, o incluso como un riesgo reputacional, sino desde una visión estratégica. “Aunque mantener altos estándares de privacidad puede suponer a priori un esfuerzo y un reto, en la medida que los ciudadanos cada vez dan más importancia y valoran su privacidad, este esfuerzo se convierte en una ventaja competitiva frente a las demás compañías”, subraya.

Responder ante la concienciación de los ciudadanos en materia de privacidad

Más aun teniendo en cuenta que los ciudadanos españoles prestan una especial atención a la privacidad: el 75% de los encuestados reconoce sentir una “mayor preocupación” hacia la privacidad respecto a hace cinco años, frente al 59% de media de la UE. Esta cifra puede deberse, según el experto de KPMG, principalmente a dos factores. El primero de ellos, el elevado número de ciberataques – de los que muchos de ellos han trascendido a la opinión pública- y también de pymes del tejido empresarial español, habitualmente con menor capacidad de respuesta y protocolos en materia de seguridad y privacidad.

Pero esta elevada preocupación también puede responder a una falta de conocimiento sobre, por un lado, las ventajas que obtiene toda la economía y la población -no solo las organizaciones- en el análisis de datos y, por otro, la garantía que brinda la propia RGPD en la protección de los datos de los ciudadanos europeos. “La capacidad de acceder a datos y explotarlos eficientemente son elementos fundamentales para impulsar la innovación y el crecimiento económico”, asegura Javier Aznar.

Por este motivo, en su opinión, “tanto empresas como instituciones públicas tienen la responsabilidad de llevar a cabo una labor didáctica, que explique a los ciudadanos las ventajas de compartir sus datos”. La propia Unión Europa está dando pasos en este sentido, desarrollando una Estrategia Europea de Datos que busca “posicionar a la región como líder en una sociedad impulsada por los datos a través de la creación de un mercado único de datos que permitirá el flujo libre de información en todo el territorio”.

Preocupación desigual por sectores y ámbitos de actividad

Otro aspecto relevante que pone de manifiesto el informe es la sensibilidad de los ciudadanos españoles respecto al objetivo con el que se recojan y traten sus datos. Así, mientras el 48% considera positiva la monitorización de comportamiento en internet y redes sociales por agencias de inteligencia, el 39% no está de acuerdo en que esta información se use con fines publicitarios. De hecho, las redes sociales son el canal en el que menos confían en cuando al uso y tratamiento de sus datos, en comparación con el sector bancario y la Administración Pública, en quienes se deposita una confianza mucho mayor.

“Los sectores que cuentan con unos niveles de confianza más elevados por parte de los ciudadanos son precisamente aquellos en los que la confianza es uno de los pilares fundamentales del negocio y, como consecuencia, un mayor cumplimiento en materia de privacidad y seguridad”, explica Javier Aznar. El aprendizaje para el resto de las compañías reside, precisamente, en prestar la atención debida a la privacidad y la seguridad.

El 48% de los ciudadanos españoles considera positiva la monitorización de comportamiento en internet y redes sociales por agencias de inteligencia, pero el 39% no está de acuerdo en que esta información se use con fines publicitarios.

“Lo que nos demuestra la experiencia es que las empresas de otros sectores de actividad pueden no llegar a ser conscientes del potencial perjuicio que un incidente pude suponer hasta que, lamentablemente, lo sufren”, indica el experto de KPMG. “Por ello, instamos a todas las organizaciones, independientemente de su sector, a mantener siempre unos altos estándares de cumplimiento y a que apuesten por a invertir en mejorar sus sistemas de privacidad y seguridad”, subraya.

El reto adicional ante la Inteligencia Artificial

Si la privacidad ya era un ámbito de preocupación entre los ciudadanos ante el que las empresas han de actuar con responsabilidad y transparencia, la irrupción de la inteligencia artificial generativa supone un punto de inflexión. En la actualidad, los algoritmos están cada vez más presentes en la toma de decisiones de las organizaciones, y se prevé que la tecnología continúe evolucionando. Una evolución que, indudablemente, tendrá repercusión en los requisitos y expectativas de los propios ciudadanos en todo lo relativo a sus datos personales.

Este alineamiento entre aumento de la presencia de la IA y preocupación por parte de los ciudadanos se refleja en los datos obtenidos en la encuesta. La mayoría de los ciudadanos españoles (54%) se muestran preocupados de que el uso de sus datos por parte de herramientas de IA pueda implicar una discriminación, y reconocen ser cautelosos en los datos que introducen en herramientas de inteligencia artificial generativa (IAG). Un porcentaje aún mayor (64%) siente preocupación por el auge de la IA y sus consecuencias en el ámbito de la privacidad.

La labor didáctica vuelve a ser esencial para explicar a los ciudadanos las mejoras que la IAG puede suponer en la vida de todos"
Javier Aznar

Socio de Technology Risk de KPMG en España

“Cualquier avance tecnológico disruptivo, como es el caso de la IAG, genera inquietudes en la sociedad, por lo que la labor didáctica vuelve a ser esencial para explicar a los ciudadanos las mejoras que esta tecnología puede suponer en la vida de todos”, afirma Javier Aznar. Sin embargo, incide en que en este caso vuelve a ser especialmente relevante fortalecer las medidas de privacidad y seguridad.

“Es fundamental que las empresas, independientemente de su tamaño y sector, y las instituciones gubernamentales tomen medidas específicas para contar con sistemas robustos, y esto incluye la inversión en tecnologías de privacidad (Privacy-Enhancing Technologies o PET, por sus siglas en inglés), la capacitación del personal en prácticas seguras, la actualización constante de protocolos de privacidad, así como la adopción de estándares internacionales”, concluye.