La depresión es un trastorno mental que se caracteriza, principalmente, por la falta de ánimo, la tristeza y la baja autoestima, lo que lleva a quienes la sufren a perder el interés por lo que les rodea y a ser incapaces de desarrollar sus actividades personales y profesionales.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 5,4 % de la población española sufre algún tipo de trastorno depresivo. En su variante más grave, afecta a entorno 230 000 personas solo en nuestro país. Por ello, nos parece de vital importancia explicar cómo funciona la baja por depresión.
El requisito sine qua non para obtener la baja por depresión es que un especialista diagnostique la enfermedad. Asimismo, el responsable de concederla y de renovarla según los informes del psiquiatra y su propia valoración será el médico de atención primaria que corresponda a quien sufre el trastorno o, en su defecto, uno vinculado a la mutua a la que esté afiliado el trabajador. Más adelante explicaremos esto más detalladamente.
Pero, más allá de esto, el trabajador debe cumplir con estos dos requisitos adicionales para obtener la baja laboral por depresión:
Esta es, sin duda, una de las cuestiones que más preocupa a los trabajadores con depresión. En este sentido, hay que diferenciar dos circunstancias.
En este supuesto, la depresión ha sido originada por razones ajenas a la actividad laboral del trabajador. Hablamos, por ejemplo, de una situación financiera precaria o problemas familiares de diversa índole (muerte de un hijo o de la pareja, enfermedad grave de un ser querido, etc.).
Salvo que el convenio colectivo al que se encuentra sujeto el trabajador establezca derechos superiores, no percibirá ninguna prestación durante los 3 primeros días de baja. Posteriormente, entre el cuarto y el vigésimo día cobrará un 60 % de su base de cotización. A partir de ese momento y hasta que finalice la baja, recibirá un 75 %.
Aquí hablamos del caso en el que la depresión viene originada por un motivo laboral. Por ejemplo, una situación de acoso, desmedidos niveles de estrés o malas relaciones con los compañeros.
Si es así, el trabajador percibirá el 75 % de su base de cotización desde el día siguiente a la concesión de la baja laboral. La responsable de gestionarla y de otorgar la baja médica será la mutua a la que esté afiliado.
El tiempo máximo de baja por depresión previsto por la ley es de 12 meses. Ahora bien, si el médico de la mutua o el de atención primaria considera que el sujeto puede recuperarse en un lapso relativamente corto de tiempo, tiene la potestad de extender la baja laboral durante otros 6 meses adicionales.
En cualquier caso, una vez transcurridos esos 12 o 18 meses, el especialista tendrá que remitir al trabajador al Tribunal Médico. La inspección médica por baja laboral por depresión es la responsable de acreditar o no la incapacidad permanente. No olvidemos que este trastorno, en sus variantes más graves, se considera una enfermedad crónica e invalidante.
Por otro lado, no hay para la baja por depresión una duración mínima establecida. Es el especialista médico el que, según su evaluación y sus criterios, el que determina cuándo el paciente está recuperado. En España, la inmensa mayoría de los casos diagnosticados con depresión conllevan una baja laboral de entre 6 y 9 meses.
Otra cuestión que preocupa mucho a los trabajadores cuando son diagnosticados con depresión. Aquí vamos a dar algunos ejemplos para crear una idea más definida:
Como hemos podido ver, lo que puede y no puede hacer un trabajador de baja por depresión está marcado por el sentido común. En cualquier caso, para resolver cualquier duda que le pueda surgir, lo mejor es ponerse en manos de un abogado laboralista. Él es el profesional capaz de brindarle el asesoramiento que necesita en un momento tan complicado como este.